Erick González Caldea
Hace una semana, a las 12:30 de la madrugada del jueves 27 de julio, un fuerte tiroteo comenzó a sonar en la avenida Sur 19, de la Candelaria. Gas lacrimógeno, perdigones y balas fueron los artefactos usados por funcionarios de seguridad para arremeter contra la comunidad de las residencias Doral Caracas.
No solo la destrucción de la propiedad privada fueron las consecuencias de los ataque de funcionarios del Comando Nacional contra Extorsión y Secuestro (Conas) dejaron en la comunidad, el miedo y la zozobra son la secuela con la que viven todos los días vecinos de la Candelaria, municipio Libertador.
“Vivimos en un campo de batalla”, sostuvo una de las vecinas de la comunidad de Doral Caracas, quien pidió no ser identificada. Relató los hechos que vive todos los días en su vecindad, donde optaron por preparar medidas de contingencia para futuros ataques.
Detalló que las irrupciones en su edificio y en las residencias vecinas han dejado portones, vidrieras, puertas de estacionamientos y automóviles destrozados. Además, denunció los allanamientos ilegales en los apartamentos.
Durante julio, las residencias Parque Caracas, Doral Caracas, Los Caobos, Venus y Barriletes fueron atacadas por funcionarios de la PNB, Conas, GNB y Sebin, en conjunto -presuntamente- con “colectivos armados” de la zona.
Seguridad y unión cívica. A raíz de los ataques hechos por “colectivos” y funcionarios de seguridad, quienes en todas esas ocasiones dispararon a los apartamentos y lanzaron gas lacrimógeno en la comunidad, vecinos de la residencias Doral Caracas y Los Caobos han tomado medidas de seguridad para evitar los allanamientos.
“Comenzamos a trancar las puertas de las escaleras y de la casa con candados internos, para que los efectivos no suban y comiencen a allanar”, destacó una de las residentes de Doral Caracas, quien agregó que los ascensores son inhabilitados por medidas de precaución.
Cuadrillas improvisadas de primeros auxilios y una red de vecinos para mantenerse activos durante las madrugadas, fueron parte de las soluciones que encontraron muchos residentes de la Candelaria para evitar el acoso policial y militar en sus hogares.
Vecinos afectados por las irrupciones de militares y “colectivos” señalaron que se mantienen activo todos los días, precisamente por la frecuencia de los ataques. Destacaron que las maniobras usadas por los efectivos es apagar las luces de la calle “para ocultarse en las sombras y así atacar”.
Denuncia. Tras los ataques y allanamientos en las residencias, presidentes de condominios denunciaron los atropellos policiales en el Ministerio Público. También lo hicieron ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), pero éstos que no fueron hasta la zona para realizar investigaciones sobre lo sucedido.
Señalaron que necesitan paz en sus comunidades. “No es posible que tengamos miedo por sacar la bandera de mi casa. ¿Acaso estoy cometiendo un delito por querer a mi país?”, sostuvo una de las residentes, que contó que desde los ataques de colectivos, muchos vecinos viven con cautela.
Fotos: Jorleanys Gil
2017-08-02