Redacción 2001.com.ve
Hace 61 años, en 1954, murió el artista plástico y maestro de la luz Armando Reverón, quien captó y trasmitió toda la luminosidad del trópico.
Reverón nació en Caracas el 10 de mayo de 1889, fue dado en adopción por su madre a un matrimonio de Valencia, los Rodríguez Zocca, quienes se ocuparon de su educación. Sin embargo, fue su tío- abuelo materno, Ricardo Montilla, quien le despertó su vocación artística pues había estudiado pintura en Nueva York.
En 1908 se inscribió en la Academia de Bellas Artes donde tuvo un gran rendimiento que le permitió una pensión de estudios en Europa. En 1911 viajó a España donde ingresó a la Escuela de Artes y Oficios.
Más tarde regresó a Caracas donde en 1916 empieza a retratar sus primeros paisajes bajo una tonalidad azul. Luego se traslada a la Guaira, donde empieza a dar clases de dibujo. Aquí conoce a Juanita Mota, quien se convertiría en su modelo y compañera incomparable.
Para 1921, vive en un rancho en la playa, pero poco tiempo después comienza a construir el castillete donde viviría el resto de su vida.
Lejos de la ciudad, Reverón desarrolló un nuevo método de pintar con varios cromáticos y creó nuevos soportes, utilizando elementos autóctonos.
En 1933 realizó su primera exposición en el Ateneo de Caracas, pero a comienzos de 1940 comienza su “período sepia”, el cual correspondería un conjunto de lienzos pintados en el litoral y en el puerto de La Guaira.
A partir de este momento se refugió en un universo mágico que le dio origen a su última etapa delirante, aquí empezó a utilizar tizas, creyones y una fantasía teatral que se tomaba más incontrolable.
Su última crisis fue en 1953, cuando fue internado nuevamente en la clínica de Báez Fino, justo en el mismo año donde le habían otorgado el Premio Nacional de Pintura.
En 1954 muere en el sanatorio San Jorge.
2015-09-18