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La "barriguita cervecera" es peligrosa

Lunes, 09 de enero de 2017 a las 08:00 pm
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La obesidad masculina aumenta a un ritmo superior a la femenina en todo el mundo de manera general, y cada vez son más los hombres con altos niveles de grasa corporal, según los expertos.

Estefanía Ramo, nutricionista clínica del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (Imeo), dice que el aumento de peso en los hombres se caracteriza por la acumulación de tejido graso a nivel abdominal, y esta grasa visceral da lugar al Síndrome Metabólico asociado a una mayor prevalencia de patologías crónicas.

Ramo afirma que lo recomendable para que el varón reduzca de talla es comprar la mayor variedad posible de productos frescos, acudiendo a los mercados tradicionales, en vez de consumir productos ultraprocesados abundantes en grasas, sal y azúcares.

Rubén Bravo, portavoz del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (Imeo), y experto en nutrición y gastronomía, dice que los eufemismos como: “barriguita cervecera” o “la curva de la felicidad” muchas veces hacen ver a la obesidad como un mal menor y solo sirven para “quitar importancia a un problema de salud, no hace que se resuelva por sí solo”.

¿Por qué la obesidad masculina se sigue viendo como "un mal menor" y se presenta con eufemismos exculpatorios, como que le ayudan a gozar de un mayor grado de aceptación social?

El especialista revela que el número de hombres que visita los consultorios de nutricionistas en busca de solución a su estado de obesidad es significativamente menor (21 por ciento) al de mujeres (79 por ciento)”.

Bravo señala que entre 1975 y 2014 el número de hombres obesos se ha triplicado, y la cantidad de mujeres obesas solo se ha duplicado.

En el mismo tono, la especialista Carmen Escalada cuenta que al analizar los datos estadísticos podemos corroborar que la obesidad masculina aumenta a un ritmo superior a la femenina en todo el mundo, de manera general, y que cada vez son más los hombres con altos niveles de grasa corporal y, por tanto, en riesgo de padecer todas las enfermedades que esto conlleva.

Engordan diferente. Según los especialistas, la naturaleza del sobrepeso se muestra de forma diferente entre ambos sexos.

El instituto Imeo revela que los kilos de más en los hombres comienzan a desarrollarse a partir de los 35 años, acompañados por un cambio hormonal conocido como “hipogonadismo”, relacionado con la disminución de testosterona, mientras que en mujeres el golpe importante suele darse a partir de la menopausia, entre los 48 y los 52 años.

“El aumento de peso en hombres se caracteriza principalmente por la acumulación de tejido graso a nivel abdominal, lo que se denomina obesidad de tipo androide”, explica Estefanía Ramo, nutricionista de ese instituto.

Ramo informa que la grasa acumulada en “la barriguita” de los hombres, es la grasa visceral (aquella que envuelve los órganos vitales), es la más peligrosa para la salud y la que va a dar lugar al Síndrome Metabólico (SM), asociado a una mayor prevalencia de patologías crónicas.

Según los expertos del Imeo algunas de las patologías asociadas al SM y que limitan las expectativas y calidad de vida de la persona son: la hipertensión arterial, la diabetes mellitus tipo 2 e insulino resistencia, el hígado graso, la cardiopatía coronaria, el cáncer, y las enfermedades respiratorias u osteo-articulares.

Para bajar los kilos. Estefanía Ramo agrega que hay claves nutricionales encaminadas a controlar la obesidad y prevenir el SM en los hombres, cuyo patrón alimentario, según indica, tiende a incluir carnes, arroz, pasta, pan y alcohol; así como “comida rápida”, snacks, platos listos para calentar y productos animales reconstruidos.

El primer paso es aumentar los alimentos de origen vegetal y la fibra soluble (frutas, verduras, legumbres, avena).

Como segundo, se debe afianzar el aporte de calcio, vitamina D, vitamina K y magnesio, para mejorar la salud ósea; esto se logra con lácteos no enteros, pescados azules, verduras de hojas verdes o alimentos enriquecidos.

Dar también prioridad a la proteína vegetal (legumbres, cereales, frutos secos) y a las carnes que sean magras, sin grasa. Por último, reducir el consumo de alimentos grasos, sobre todo de grasas saturadas, y aumentar el consumo de grasas poliinsaturadas, como los omega y las semillas.

2017-01-10