El polvo es una de las sustancias más comunes en el ambiente, pero su presencia en el aire puede tener consecuencias graves para la salud respiratoria.
Esta es una mezcla de partículas, incluyendo tierra, polen, esporas de moho y contaminantes químicos. Cuando estas partículas son inhaladas, pueden irritar las vías respiratorias y afectar el organismo.
Los estudios resaltan que se deben limpiar al menos una vez por semana las áreas de mayor uso y que están propensas a la acumulación polvo, para así evitar cualquier complicación de salud.
¿Cuáles son las enfermedades que desencadena el polvo?
El contacto prolongado con el polvo puede llevar a diversas enfermedades pulmonares. El médico internista Miguel Arriaga explicó a 2001 que esta sustancia intensifica el asma y la bronquitis.
El profesional indicó que la exposición al polvo puede agravar los síntomas del asma, provocando ataques y dificultad para respirar.
Igualmente, la irritación constante de las vías respiratorias por el contacto con esta mezcla de partículas puede resultar en bronquitis crónica, caracterizada por tos persistente y producción de moco.
La exposición a largo plazo al polvo, especialmente en ambientes laborales, también agrava las vías respiratorias.
Además, es peligrosa para aquellos que sufren de fibrosis pulmonar o silicosis.
¿Cómo detectar los síntomas?
El Dr. Arriaga menciona que los síntomas de enfermedades pulmonares relacionadas con la exposición al polvo pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen:
- Tos persistente: especialmente si es con flema.
- Dificultad para respirar: sensación de falta de aire, especialmente durante el ejercicio.
- Sibilancias: ruidos similares a un silbido al respirar.
- Dolor en el pecho: puede acompañar a la tos y la dificultad para respirar.
- Fatiga: sensación de cansancio extremo, sin razón aparente.
Es crucial estar atento a estos síntomas, especialmente si se ha estado expuesto a ambientes polvorientos.
¿Las enfermedades que derivan del polvo se pueden tratar?
Estos diagnósticos se pueden tratar, aunque el tratamiento dependerá de la gravedad de la enfermedad.
El profesional de la salud señala que el primer paso importante para cuidar los pulmones del polvo es evitar la exposición a estas partículas.
Para ello se puede ventilar el espacio, ya sea de trabajo, área de descanso, sala de estar, etcétera.
En cuanto a medicamentos, el Dr. Arriaga aseveró que no es buena idea automedicarse, por lo que lo ideal es tomar medicinas que fueron recetadas por profesionales tras evaluar el porqué de los problemas respiratorios, ya sea por polvo u otra cosa.
Usualmente, los broncodilatadores y corticosteroides pueden ser prescritos para aliviar los síntomas asmáticos y la inflamación.
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