Por: María Isabel Rangel / 2001
Los estudiantes venezolanos se adaptan “poco a poco” a la presencialidad al 100% en este tercer lapso del año 2021-2022, mediante el uso del tapabocas en todo momento y con distanciamiento social.
Marta Sánchez, docente de primer grado, señaló que a los estudiantes les ha tomado tiempo adaptarse a las clases en las aulas, sobretodo al momento de evitar el contacto físico.
“Como son niños quieren establecer sus relaciones interpersonales y ¿Cómo lo hacen? Pues llamando la atención del compañero, ya sea para pedir prestada una borra o un sacapuntas pero en todos los colegios se recomienda que cada niño tenga sus materiales para evitar este tipo de cosas, sin embargo es muy difícil conseguir que no quieran pasar tiempo juntos, por lo que promovemos los juegos a distancia, en grupo, pero cada quien en su puesto”, expresó.
Hay cosas imposibles
La profesora explicó que prohibir a los niños darse la mano o tocarse mientras caminan es casi imposible, pero que debido a que pasaron dos años de escuela (muchos no habían ido a un alón antes) en casa es más fácil para ellos crear “un tipo de espacio personal”.
“Les enseñamos que su pupitre es su lugar y que el pupitre del otro es el lugar de alguien más”, apuntó Sánchez.
Por otra parte, Valentina Cruz, docente de educación inicial compartió que adaptarse a cosas nuevas es “la especialización” de un niño.
“Ellos viven en constante cambio y debido a su corta edad pueden moldearse a él muy fácilmente. A veces solo necesitan pocos días para adaptarse, eso sí, con ayuda de los representantes y de los padres, porque si en la escuela le explican ciertas cosas que en la casa no se recalcan, el niño no seguirá la corriente. Es decir, si la maestra señala que no se debe quitar el tapabocas pues los padres deben explicarle la situación y así sucesivamente”, compartió.
El rendimiento sube
En cuanto al rendimiento escolar, Cruz comentó que “va subiendo despacio”.
“No podemos exigirles mucho puesto que no están acostumbrados, por lo que lo mejor es ir con calma con ellos para que lleguen a su máximo nivel, pero no forzándolos, sino ayudándolos", explicó la docente.
Los estudiantes de secundaria
De un grupo de estudiantes de los primeros años de bachillerato consultados, la mayoría afirmó que lo “más difícil” para ellos es adaptarse a las horas de clase puesto que en los últimos dos años “era más relajado”.
Uno de los jóvenes incluso expresó que “no tenía idea de que el liceo era así”. Explicando sobre las horas de clase y la diferencia de profesores.
José Carrillo, profesor de bachillerato comentó que los estudiantes de primer y segundo año son los que tienen los retos “más difíciles” para adaptarse.
“El liceo y la escuela son diferentes y llevan un proceso de adaptación, para aquellos que pasaron los últimos dos años terminando la primaria y entrando a la secundaria obviamente hay un cambio muy drástico pero al que se acoplan poco a poco”, señaló el docente.
“Como docentes tratamos de explicar que es necesario cumplir con las medidas de bioseguridad y el que sean adolescentes ayuda a que entiendan bien la situación, a pesar de que hay muchos que llevan la contraria como todo joven que está en su época de rebeldía, que no quiere usar el tapabocas, al que se le dice que no puede quedarse en las instalaciones del instituto si su jornada ya acabo, entre otros ejemplos”, agregó Carrillo.
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