Anyela Torres
Atracos a mano armada, cobro de “vacunas”, homicidios e inconvenientes con el transporte público y la vialidad conforman el rosario de calamidades de los habitantes de Magdaleno, Guacamaya y Macao, tres pueblos maracayeros cercanos al cerro El Jengibre, donde está ubicada la planta de transmisión de Meridiano TV que fue desmantelada por una banda dedicada a robar cables y otros artefactos eléctricos.
Desde hace 22 días la señal de Meridiano TV se ha visto afectada en parte de Aragua y Carabobo, debido a que el grupo hamponil bautizado en predios policiales como “Los Anteneros” se llevó una guaya de cobre de más de 100 metros de longitud, 39 metros de cable de 500 mcm, una bomba hidráulica, un aire acondicionado, computadoras, celulares, televisores, un microonda, herramientas, y baterías de plantas eléctricas.
Ingenieros y expertos que realizaron la evaluación de las pérdidas estimaron que reponer los daños superaría los 100 mil dólares.
Pero estos asaltos no sólo perjudican a Meridiano TV, pues las instalaciones de la empresa de telecomunicaciones Digitel y del canal Televen han sido saqueadas en diversas oportunidades durante este año.
Sin transporte. Durante un recorrido realizado en la zona por el equipo de diario 2001, se pudo constatar que el servicio de transporte es deficiente, por lo cual no cubre con efectividad las rutas para trasladar a los habitantes de Guacamaya, Magdaleno y Macao.
Cristina, residente de Guacamaya desde hace cinco años, relata que las camionetas se demoran hasta dos horas en pasar por su sector. Considera que hay pocas unidades adscritas a esa ruta.
Agrega que el pasaje oficial puede ir desde los Bs 300 a los 400, dependiendo del sitio; pero si es un “carro pirata”, pueden cobrar hasta 800 bolos.
Los pasajeros se trasladan en “guaguas” (autobús antiguo con “trompa) o camiones 350 con cabina de estaca. La ruta comienza en Magdaleno y retorna allí. Los viajeros que quieran ir a Maracay deben tomar otras unidades.
Cristina explica que le ha tomado hasta tres horas llegar a la ciudad. “Eso significa que para hacer cualquier diligencia debemos madrugar, porque aparte no hay casi farmacias, supermercados, escuelas, o jefaturas en el pueblo. Prácticamente todo nos queda lejísimos, y si uno quiere llegar a las 7 u o 8 en Maracay, ya a las 5 tienes que estar esperando carro”, dijo.
Vialidad de espanto. Huecos secos e inundados, baches, grietas y desniveles son algunos de los obstáculos que deben sortear los vehículos al transitar por la carretera principal de estos pueblos maracayeros.
“El asfaltado de estas carreteras está dañado desde el primer mandato de Carlos Andrés Pérez. El Gobierno no escucha nuestros reclamos, lo único que hacen de vez en cuando es poner pañitos de asfalto, pero al pasar los días, todo se daña de nuevo”, dijo un vecino de Guacamaya, quien prefirió declarar bajo reserva de su identidad.
Otro habitante relató que la gobernación nunca ha visitado el sector para atender los problemas de vialidad. Afirma que en dos oportunidades le ha pedido el favor a un compañero suyo que realizaba labores de asfaltado, limpieza y desmazelamiento de autopistas, a fin de que le hiciera “un cariñito” a la carretera de Macao.
“Eso fue en el 2012, y tampoco arreglamos toda la vía, sólo se taparon dos huecos enormes que estaban en un mismo tramo de la calle y se hizo el esfuerzo porque ocasionaba cola: un canal tenía que esperar que el otro pasara para poder avanzar”, dijo.
Macao es la localidad más distante y la carretera simula la de un territorio “en guerra”, pues está llena de baches, cráteres y desniveles.
Josefina, otra moradora del sector, indica que varias veces sus vecinos se han reunido para rellenar de tierra algunos huecos.
Fotos: Wladimir Campos
2017-06-08