El llamado “síndrome del cuidador” se da en quienes dedican gran parte de su tiempo a cuidar de personas dependientes.
La exigencia que ello conlleva puede producir en quien cuida un estado anímico de agotamiento, tanto físico como emocional.
Por ejemplo, un adulto mayor que padece Alzheimer o cualquier otro trastorno neurocognitivo requiere atención constante.
Hay que hacerse cargo de su higiene, sus medicinas, su alimentación y su recreación, entre otros aspectos.
Esto implica que su cuidado se convierte en una labor altamente demandante física y mentalmente. Debido a ello, expertos en el área consideran que no debe ser asumida por un solo integrante del grupo familiar.
Amor, paciencia y atención coordinada
Alejandra Ayala es licenciada en enfermería y coordinadora de cuidadores de la residencia y centro integral Hogar La Ponderosa. Explicó algunas medidas a tomar en cuenta.
Dijo que una persona que cuida a otra puede sufrir del Síndrome del Cuidador. Este, según ilustró, se manifiesta con estrés, ansiedad, depresión, irritabilidad, insomnio, cefaleas y frustración.
“Estos síntomas surgen cuando quien está al frente de todas las responsabilidades se agota, no descansa. No toma tiempo para sí mismo y descuida su bienestar físico y mental”, observó.
Ayala indicó que, para evitar el agotamiento de quien atiende a la persona o paciente dependiente por alguna razón de enfermedad, es necesario que se sumen otros miembros de la familia a las tareas diarias.
Uno de ellos debe cumplir el “rol de organizador”, apuntó la enfermera. Aconseja distribuir entre todo el grupo responsabilidades como: quiénes le darán o comprarán sus medicamentos.
Asimismo, los que ayudarán a dar los alimentos, bañar y vestir a la persona cuidada. También debe establecerse quiénes acompañarán al paciente a hacer sus necesidades fisiológicas y mantener la higiene.
“Es importante definir por turnos los que estarán los fines de semana, o en el día o por la noche, etc., son muchos los aspectos a tomar en cuenta”, expresó la especialista.
Comentó que un solo cuidador puede “sobrecargarse” porque atender a un adulto mayor con Alzheimer u otra enfermedad neurodegenerativa “demanda mucho”.
“A veces no es de fuerza física pero sí genera cansancio mental. Hay situaciones en la que es difícil que hagan las cosas de buena manera cuando se les pide. Pueden estar irritados, ansiosos y es necesario persuadirlos para lograr su cooperación”, acotó Ayala.
Es por ello, que la enfermera recomienda que haya varios cuidadores. “Tal vez uno no logra convencerlo, pero otro puede hablarle y lograr que se calme y esté más cooperador”, apuntó.
Ánimo arriba y planificación en la labor de cuidar a quien lo necesita
La experta en enfermería resaltó que para evitar padecer el Síndrome del Cuidador recomienda que la labor de atención directa con el adulto mayor esté organizada por turnos.
“Por ejemplo, en la mañana una persona y en la tarde otra, y si no es posible esta rotación con algún familiar, hacerlo con un personal asistencial profesional”.
Puntualizó que es importante que el cuidador que atiende al adulto mayor cuide su alimentación, su actividad física y su tiempo de recreación y de autocuidado.
“Mientras más tranquilo esté y tenga buen ánimo, tendrá mejor disposición para cuidar a su familiar. Cuando el cuidador está emocionalmente tranquilo, el adulto mayor también lo estará”, expuso Ayala.
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