Por: Carlos Gabriel Lara B. / 2001
La idiosincrasia es el conjunto de características propias de los seres humanos con relación a sus rasgos, temperamento, carácter, costumbres, modo de actuar, entre otros, que logran la distinción entre personas de las diversas localidades en el mundo.
En el caso de Venezuela, los ciudadanos del país poseen actitudes particulares que los diferencian de otras nacionalidades, aunque algunas pueden tener semejanza con regiones cercanas.
Desde el lado negativo, históricamente se conoce que un porcentaje de la población criolla es precoz en cuanto a embarazos y también en la práctica de actos delictivos.
Otra actividad prematura tiene que ver con el consumo de alcohol que supone un rango de riesgos y consecuencias negativas, entre los que destaca la muerte, accidentes, comportamiento irresponsable en la sexualidad y la violencia.
Datos mundiales
Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo de los Estados Unidos (NIAAA, por sus siglas en inglés), a medida que los niños maduran, es natural que afirmen su independencia, busquen nuevos desafíos y adopten comportamientos riesgosos, por lo que el consumo de alcohol entre menores es uno de estos hábitos que atrae a muchos adolescentes.
Es posible que quieran probar el alcohol pero a menudo no reconocerán completamente los efectos sobre su salud y conducta.
“Muchas veces los jóvenes se inician en el consumo de alcohol de forma inconsciente, no saben que lo hacen ya se por complacer a un grupo social o porque tratan de evadir algún conflicto que se esté suscitando dentro de su familia o alguna carencia personal que puede ser afectiva"
Necesidad de aceptación
El sociólogo e investigador Néstor Ramírez considera que los jóvenes que se inician en el consumo de alcohol en edad temprana lo hacen por diversos motivos, entre ellos la complacencia de grupo o por conflictos dentro del seno familiar.
“Muchas veces los jóvenes se inician en el consumo de alcohol de forma inconsciente, no saben que lo hacen ya se por complacer a un grupo social o porque tratan de evadir algún conflicto que se esté suscitando dentro de su familia o alguna carencia personal que puede ser afectiva", apunta el especialista.
Ramírez agrega que "es peligroso porque a tan corta edad no se tiene en mente que el futuro de una persona que ingiere alcohol de manera irresponsable puede ser el alcoholismo, una dependencia de una sustancia psicotrópica para sentirse bien”.
El alcohol como prioridad
Ramírez expone que una cifra importante de la juventud en Venezuela concibe el alcohol como una prioridad en medio de reuniones y que, además, la ingesta de estas bebidas algunas veces también está presente los centros educativos, donde los estudiantes se reúnen con sus compañeros en espacios aledaños.
“La presencia del alcohol culturalmente se ha convertido en un elemento esencial entre los jóvenes para el disfrute, sin él se sienten fuera de onda y es un error porque para compartir y divertirte no es necesario beber licor y menos esta conducta en los menores de edad que muchas veces está lejos de la vista de los adultos, padres o representantes”, aseveró el investigador.
Chamos en el trabajo
“La falta de políticas públicas en torno a la protección de los derechos de la infancia en Venezuela ha derivado en la vulneración de los derechos de los menores. Muchos de ellos se ven obligados a salir a las calles para trabajar y conseguir el sustento diario”, aseguran organizaciones y expertos, reseña EFE.
Aunque no hay cifras oficiales en materia de infancia en Venezuela, la situación de los niños dentro de hogares considerados pobres es palpable en las calles de Caracas, donde se ven grupos de hasta 20 menores concentrados en los semáforos, haciendo malabares o limpiando vidrios de vehículos para ganar entre 3 y 6 dólares diarios.
Datos imprecisos
A criterio del coordinador de la ONG Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), Carlos Trapani, la ausencia de datos al respecto dificulta conocer con precisión y en profundidad el problema.
"Los datos en materia de infancia no están disponibles (…) al no tener datos desagregados, actualizados y confiables no podemos identificar la magnitud y el alcance del problema de niños en esta situación", explicó Trapani.
Por su parte, la ONG internacional World Vision alertó que, durante la pandemia, el trabajo infantil se incrementó en un 20 % respecto a años anteriores, y que, dentro de esa cifra, el 28 % están dedicados a la mendicidad y, al menos, el 19 % venden productos en las calles.
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