Johan Azuaje
Cada día son millones las personas que se suscriben a las diferentes redes sociales. Para algunas generaciones son más indispensables que para otras.
Mariano Puigvert, comunicador social y especialista en marketing digital, menciona que existen dos generaciones asociadas a la era digital, la Millennial, que vivió el nacimiento de las redes y las utilizan para fines profesionales, y los Centennial, que nacieron con las redes sociales, con los teléfonos inteligentes. “Éstos no conocen otra era que no sea la digital”.
Lo que engancha a los más jóvenes es que las redes sociales son multidisciplinarias, porque son una ventana, descrita por Puigvert, “donde las personas se sienten con la libertad de publicar lo que quieran y se apropian estos espacios como un medio de comunicación personal”.
Las personas están acostumbradas a presumir, de un buen día, una sorpresa, una alegría, y precisamente las redes sociales se prestan como la ventana y herramienta para que las personas puedan hacerlo.
Ahora bien, ¿por qué se muestra solo lo bueno, lo positivo, las comidas, y los cuerpos?, la psicóloga y especialista en percepción del individuo, Gabriela Betanccourt, explica que “el ser humano busca su realización personal, es una de las necesidades que tenemos como seres vivos, y las redes sociales se convierten en una forma de autorrealización, en este sentido se pueden convertir en espacios de aspiraciones, más que reales”.
Lo social también tiene fuerte impacto, y es que estos espacios se convierten en gran medida es un sistema de validación. Martín Brito, sociólogo, afirma que “todo de pende de las culturas, valores y educación que el individuo perciba, actualmente en las redes, vemos categorías sociales, están los deportistas, los emprendedores, los estudiantes y un sinfín, cada una de estas comunidades se relacionan entre su propio género y es cuando los mismos grupos sociales, certifican o validan que los contenidos que publica una persona son cool, hablamos de una presión social”.
Instagram en Venezuela
Santiago Espinosa, creador de contenido digital, expone que,“tenemos una situación en la cual el venezolano, que de por sí, es farandulero, le gusta la cultura popular, llamar la atención, y sobre todo imitar tendencias, es lo que hace que Instagram de tanta cabida en Venezuela, y por eso vemos que las personas quieren publicar todo”.
Para contrastar lo antes expuesto, Katherine Rojas, quien tiene su propia empresa de redes sociales, expone otro factor principal de las redes en el país, “los jóvenes poco pueden salir a disfrutar en lugares de esparcimiento y calidad de vida, ¿entonces donde se están relacionando los jóvenes? Y la respuesta es, a través de las redes sociales.
Siempre ha existido la necesidad de mostrar, los artistas plásticos, los fotógrafos, utilizan estos medios para mostrar sus obras, y las empresas al igual, para mostrar sus productos y servicios, la experta explica que “a partir de la crisis venezolana los emprendimientos han tenido un repunte, jóvenes que han decidido emprender a través de las redes sociales, algunos con éxitos otros no, pero sin duda es un canal de comunicación de ventas en Venezuela”, afirmó.
Otras formas
Detrás del manejo de las redes sociales, existen otros tipos de actividades oscuras, producto del mismo libertinaje. Katherine Rojas, indica que, “para nadie es un secreto lo que ocultan las redes. Se han descubierto trata de blancas, prostitución, drogas, estafas, gente que captan a través de redes sociales, ha existido una exposición sobre el tema de explotación de niños, aunque las redes sociales son bastante restringidas ante ese tipo de contenidos”, aseveró.
Para verificar este tipo de actividades, se contactó a Hilen Ramírez, una estudiante que utiliza las redes sociales para sacarle provecho de una manera no convencional. Explica vía telefónica, cómo vende fotos sexuales por redes.
“Una amiga me dijo que podía generar dinero desde mi cuenta de Instagram y fue cierto, vendo pack de 5 fotos por 2$. Los hombres me contactan por mensaje privado, les doy el precio y hasta que no reciba la transferencia no les envió nada”.
Como estas actividades, existen otras con fines turbulentos y son las ventas de estupefacientes por redes y que tienen seguimiento permanente de las autoridades e investigadores en esta área.
Fuentes ligadas al mundo criminalístico explican que estos peculiares “distribuidores” operan de forma sigilosa. Por lo general ofrecen la mercancía ilícita a amigos y conocidos. Evitan, por razones lógicas, hacer mucha “bulla” o exponerse demasiado en público. Son muy celosos con el tipo de “cliente” que los busca.
Riesgos de las redes sociales
Los expertos advierten que existen diversos riesgos que se pueden dividir en varias aristas. La seguridad personal es uno de los riesgos que más temen las personas, donde a través de los datos que se muestran en los perfiles, como la ubicación de la vivienda, fotografías de los lugares que frecuentan a diario, son elementos que atentan a un posible secuestro, chantaje o extorsión.
Las fotografías publicadas pueden ser utilizadas para otros fines, a pesar de las políticas de las redes en las que no se pueden descargar fotos, existen aplicaciones y otras herramientas que las descargan.
El ciberacoso es otro factor de riesgo que presentan estas plataformas, siete de cada 10 jóvenes han experimentado ciberacoso. Estas estadísticas son extremadamente preocupantes para la salud general y el bienestar de los jóvenes, sin embargo existen pocas redes sociales donde el usuario puede bloquear al acosador.
Efectos negativos
Las imágenes a menudo poco realistas que se ofrecen en las redes sociales pueden hacer que los jóvenes tengan sentimientos de auto conciencia, baja autoestima y la búsqueda del perfeccionismo que puede manifestarse como trastornos de ansiedad. Según la psicólogo Gabriela Betancourt uno de cada seis jóvenes que van a su consulta experimenta trastorno de ansiedad, esto se debe al uso excesivo de redes sociales.
Explica que “un joven al ver a sus amigos fuera del país, ver fotos de amigos de vacaciones, automáticamente sufre un cuadro depresivo en menor proporción, porque siente que se están perdiendo de momentos, lo que ocasiona un sentimiento de comparación y un efecto de desesperación”.
Para algunas personas, la autoestima depende en gran parte de los comentarios que reciben en sus fotos que cuelgan en redes sociales. Cuantos más “me gusta” o comentarios positivos tienen, mejor se sentirán.
Pero si ocurre lo contrario, pueden comenzar los problemas emocionales, porque dan demasiado poder a la opinión de los otros, mostrando irremediablemente un problema de autoestima.
Betancourt afirma que “son pocos los casos de deterioro físicos, el más consecuente puede ser el trastorno del sueño como consecuencia de estar pegados a la pantallas muy luminosas de los teléfonos”.
2020-03-08
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