Anyela Torres|[email protected]
Caracas bien podría ser considerada la ciudad de las facetas. Hace 77 años su nombre brillaba como la “ciudad de los techos rojos”, de casi dos décadas para acá comenzaron a llamarle “ciudad de despedidas”, pero hoy muchos de sus ciudadanos la califican como “escandalosa”.
Congestiones de tráfico, vecinos bonchones, instalación excesiva de resonadores en las motocicletas, obras en construcción, vendedores ambulantes que gritan para ofrecer sus productos y hasta la cantidad de colas que se hacen a diario en las aceras de la capital, son los elementos más generadores de ruido, que señalaron algunos habitantes encuestados.
Respecto a las consecuencias de este agente contaminante, dijeron que les agobia, aumenta el estrés y a veces los vuelve más “ariscos”.
Trastoca el carácter. A concepción del sociólogo Amalio Belmonte la contaminación sónica puede trastornar la pasividad de los ciudadanos, al punto de hacer más agresiva su modo de llevar las relaciones interpersonales.
“Cualquier emisor acústico o ruido afecta la conducta, porque es hostil y vuelve hostil al ambiente; incidiendo en el ciudadano”, dijo.
Un factor consecuente tras realizar encuestas en zonas transitadas de la ciudad, fue que muchos de los participantes consideran ruidosa a la Gran Caracas debido a las colas frente a los bancos, panaderías, supermercados o paradas de transporte.
En respuesta a ello, Belmonte comenta que eso se debe a una relación que se establece en el inconsciente colectivo de los ciudadanos, producto de la carga de negatividad que deja el hacer una cola o soportar por mucho tiempo la bulla.
Puede controlarse. Si bien es cierto que una ciudad jamás podrá dejar de ser ruidosa, también lo es que existen elementos con los que pueda compensar y canalizar esta característica, para que el mismo no trascienda a contaminante sónico.
Zulma Bolívar, presidenta del Instituto Metropolitano de Urbanismo, indica que el primer paso es la concienciación de los ciudadanos, y la aplicación de sanciones a quienes transgredan los parámetros de ruido establecidos.
Añade que este factor también puede armonizarse con áreas verdes o construcciones bien hechas que protejan a los habitantes del ruido externo.
El interior reluce. Ante la posibilidad de hallar algún “rinconcito” tranquilo, alejado de tanto estruendo, muchos caraqueños apuntan a Los Próceres, el parque Francisco de Miranda y la Estancia.
Sin embargo, una gran mayoría de los consultados coincidió en que lugares de sosiego solo se encuentran en el interior del país.
Referente a casos de denuncias sobre vecinos “escandalosos” o “fiesteros” que suelen poner música a elevados niveles de volumen durante la noche y la madrugada, aseguraron que a pesar de las denuncias impuestas los consejos municipales o juntas parroquiales no proceden con sentencias concretas.
Audición en juego. De acuerdo con la presidenta de la Sociedad Venezolana de Otorrinolaringología, Sajidxa Mariño, la contaminación sónica puede provocar lesiones en el nervio auditivo, que dependiendo de los antecedentes que tenga la persona, cabe la posibilidad de acabar con daños permanentes en el oído interno.
“Alguien que ya tenga una predisposición debido a alguna lesión del nervio vestibulococlear podría tener vértigo, vómito o pérdida de la estabilidad”, dijo.
Estas anomalías, detalla la otorrinolaringóloga, dependerán de la intensidad y continuidad de los decibeles de audio que esté sometida una persona. “También puede dar acufeno o tinnitus, que es el pito en el oído, incluyendo entre otras causas inflamaciones y algunas infecciones”, comentó.
Aclara que el ciudadano de a pie al exponerse a la calle comienza a correr riesgos de sufrir cualquier lesión, porque los factores de ruido sobreabundan en las ciudades.
“Incluso si hay mucha bulla y alguien se coloca sus audífonos, también está sometida a la contaminación sónica”, alertó.
Como métodos de prevención, la doctora explica que el Estado debe implementar sistemas de regulación en cuanto a los decibeles permitidos, basados en estudios internacionales.
“Toda persona que tenga una falla auditiva previa debe saber cual es su oído más afectado, para que al momento de exponerse a un ruido extremo coloque el peor oído hacia el ruido, y así preserve su mejor oído.
En caso de alguien que no tenga problemas auditivos y sienta dolor o un pito después de haberse aturdido debe ir al especialista en las primeras 72 horas. También es permitido que se tape los oídos ante cualquier estruendo”, explicó la experta.
El dato. 500 U.T deberá cancelar quien con gritos, campanas, o ruidos estruendosos perturben la tranquilidad, o reuniones públicas en las que participe cualquier funcionario del Estado.
En las leyes venezolanas están establecidos mecanismos para penalizar a las personas que perturben la tranquilidad de sus vecinos o de los transeuntes que están en espacios abiertos.
El artículo 110 de la Ley Penal del Ambiente establece que el dueño de cualquier establecimiento o fuente fija generadora de ruidos intensos y constantes que afecten a las personas podrían ser penados hasta con seis meses de prisión o la cancelación de entre 300 y 600 U.T.
De igual modo el artículo 406 del Código Penal demanda que todo el que con gritos, vociferaciones, o abuso de medios ruidosos, perturbe las reuniones públicas, las ocupaciones o el reposo de los ciudadanos en su hogar, trabajo, vía pública, sitio de esparcimiento será multado con 100 o 200 UT.
Opinión de los usuarios.
Vanesa Vargas
“Para mí los autobuses son los más ruidosos, uno cruza tranquilo y de repente un cornetazo de ellos te hace saltar. En las horas pico es más desesperante”.
Carlos Rodríguez
“Para mí lo que hace más bulla son las colas, sobretodo las de los bancos. La gente grita y es desesperante, sales agobiado y aturdido de oir tanta gente al mismo tiempo”.
Juan Carlos Gil
“El exceso de autos a hora pico generan los mayores niveles de ruído de la ciudad. Si uno ya está estresado por la situación, con esos tumultos es peor”.
Hansen Cardenas
“Creo que estar cometidos a un ambiente tan desagradable no deja pensar claramente a las personas, y por eso vemos tantos casos de agresividad en la calle”.
Carlos Pérez
“Para mí, hacen bulla las colas de los bancos, porque la gente te agobia con tanta quejadera, como no hay efectivo, otros se pelean y le gritan a uno en la pata de la oreja”.
Carmen Rodríguez
“Tengo problemas con la cervical, y cuando hay mucha bulla cerca siento una puntada desde la cabeza hasta el final de la columna”.
2017-11-28