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San Miguel es uno de los siete arcángeles y está entre los tres cuyos nombres aparecen en la Biblia. Los otros son Gabriel y Rafael.
La Iglesia ofrece a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama “Príncipe de los espíritus celestiales”, “jefe o cabeza de la milicia celestial”.
En el Antiguo Testamento aparece como el gran defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en el Nuevo Testamento.
Es el ángel guerrero, el conquistador de Lucifer, poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo infernal, amenazándole con su espada, traspasándolo con su lanza, presto para encadenarlo para siempre en el abismo del infierno.
Es conocido en el pueblo como el protector contra las malas energías y las fuerzas del mal.
2015-09-29