Daisy Galaviz | [email protected]
Crisis
Este inicio de la época decembrina no se asemejó a los comienzos que por más de 15 años el Santa de la Cota Mil le dio a los habitantes de Caracas, pues por la temporada de lluvias -y por su salud- estuvo ausente ayer y no repartió sonrisas a los conductores que esperaban su llegada.
Se desmoronó la ilusión de miles de caraqueños de transitaron por la avenida Boyacá para saludar a Ramón Canela, de 83 años, abuelo que representa desde más de una década al tradicional personaje que aparece cada 1° de diciembre para sonreírle a quienes pasen por ahí y así dar la bienvenida oficial a la época decembrina.
Su hija, Beatriz Canela, informó en las redes sociales que su padre goza de buena salud, pero en vista de la inesperada temporada de lluvias que se ha asentado a lo largo y ancho del territorio nacional, ella y sus hermanos, Carlos y Jorge Canela, decidieron que no asistiera este jueves a su avenida Boyacá con el fin de resguardar su estado de salud.
Canela calificó este 2016 como un año “duro” para su padre, pues en varias oportunidades lo tuvieron internado en centros de salud por distintas afecciones; aseguró que como consecuencia a la falta de medicamentos hizo una jornada a través de las redes sociales a mediados de febrero para restablecer la vitalidad del señor.
Inseguridad
Otras de las tradiciones que se han visto afectadas por la realidad del país son las misas de gallo. El crecimiento de la inseguridad obligó a que esta celebración, que se acostumbraba iniciar a las 4 o 5 de la mañana, fuera trasladada a las 6 o 7 de la mañana. Lo mismo sucede con la misa del 24 de diciembre, la cual ya no es a medianoche, dependiendo del caso, las hacen a las 6, 7 u 8 de la noche.
Olvidadas
Otras tradiciones que han quedado abandonadas son el pesebre (característico de los estados andinos); las parrandas (celebradas en todo el país); la paradura del niño (Mérida es uno de los pocos estados que aún la mantiene); y las patinatas (cuando era costumbre que niños y adultos disfrutaran de música y comida en una calle cerrada, y los pequeños estrenaran sus patines y bicicletas que les había traído el Niño Jesús).
Fiestas como la danzas de los pastores (típica de los estados Aragua y Carabobo) también quedaron en el libro de los recuerdos. El Día de los Santos Inocentes o Día de Los locos y la llegada de Los Reyes Magos son otras celebraciones que no son practicadas religiosamente como años pasados.
2016-12-01