Carlos Gabriel Lara B.
El Observatorio de Ecología Política dijo que constituir una ciudad comunal en el parque nacional es una violación a la protección del principal pulmón de la región capital
Nicolás Maduro anunció hace pocos días que, una vez aprobada la ley de ciudades comunales en el Parlamento venezolano, constituirá la ciudad comunal en El Ávila, montaña declarada Parque Nacional en el año 1958 a fin de proteger su fauna y flora.
“Constituiré en el Waraira Repano la primera ciudad comunal del país, la primera ciudad comunal de la historia de Venezuela. Aquí mismo, en el Waraira Repano”, dijo Maduro.
Este aviso por parte del mandatario nacional generó el pronunciamiento de ciudadanos, ambientalistas y varias organizaciones a través de las redes sociales.
Posible ley
El artículo 4 del proyecto de ley de ciudades comunales establece que una ciudad comunal es una instancia constituida por iniciativa popular; mediante la agregación de comunas en un ámbito territorial, determinado a partir de las dinámicas funcionales y geohistóricas, con intereses y valores comunes. Donde se ejercen los principios de soberanía y participación protagónica como expresión del poder popular, en concordancia con el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación.
Protección
El Observatorio de Ecología Política (OEP) de Venezuela explica que, más allá de la jerigonza jurídico-política, el problema fundamental de instaurar una ciudad comunal en El Ávila es la violación a la protección del principal pulmón de la región capital y un atentado a la vida del principal bosque nublado tropical.
“Preocupa sobremanera las implicaciones socioambientales que traerá consigo el establecimiento de una ciudad comunal en El Ávila. Este Parque Nacional tan importante y emblemático para los habitantes de Caracas”, expresó el observatorio.
La organización detalla que el Parque Nacional “sufre un proceso de degradación al permitirse ante la mirada cómplice de Inparques, actividades que violentan la normativa del reglamento que lo protege”.
El OEP menciona el uso de bicicletas y la promoción de carreras y deforestaciones. La realización de fiestas en el Hotel Humboldt y la deposición de las aguas servidas directamente en la montaña. También la violación a los terrenos de los cultivadores de Galipán de forma arbitraria para construir carreteras, teleféricos, mansiones y otras edificaciones de gran tamaño.
Añade que el peor de los casos es permitir el uso de glifosato y otros agrotóxicos sobre los terrenos.
Efectos
Por su parte, el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), se pronunció a través de la red social Twitter, donde recalcó que la ciudad comunal en El Ávila podría causar un ecocidio.
“El Ávila es un Parque Nacional, es un pulmón para Caracas, es un Patrimonio Natural de Venezuela. Anunciar una "ciudad comunal" para El Ávila solo traerá más destrucción. La Ley de Parques Nacionales lo protege desde 1958. No permitamos un ecocidio en El Ávila”, tuiteó Provea.
DATO:
El ecocidio puede definirse como cualquier daño masivo o destrucción ambiental de un territorio determinado de tal magnitud que ponga en peligro la supervivencia y el bienestar de los habitantes de esos espacios.
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