Luis Colina
Las estaciones del BusCaracas son un mar de caos e inseguridad. No hay presencia de operadores o trabajadores del sistema Metro. Sus fachadas lucen sucias y deterioradas y, según los usuarios, el mayor problema es la inseguridad que entra a sus anchas en los autobuses, aprovechándose del desorden y del nulo patrullaje policial.
En Las Flores, una de sus estaciones ubicada al final de la Av. Fuerzas Armadas, la fila de ingreso a los autobuses llega a extenderse hasta la calle que colinda con la estación, obligando a los pasajeros a permanecer entre 20, 30 o 40 minutos en ella, hasta el arribo de alguna unidad.
“Hay que esperar hasta media hora a que llegue un autobús porque hay muy pocos”, apuntó Arnoldo Zamora, usuario del servicio.
En la mayoría de los autobuses el sistema de aire acondicionado no funciona, en algunas, incluso, las puertas se encuentran averiadas y en otras, solo abre una de ellas.
Según los pasajeros, esta falla la aprovechan los delincuentes para hurtar y robar las pertenencias de los usuarios distraídos.
“Los tipos empujan mientras la gente entra al autobús, y ahí aprovechan para hacer de las suyas. Si uno no se pone las pilas, te roban”, señaló Zamora.
Algunos relatan que las estaciones más inseguras son La Hoyada, El Cristo, Roca Tarpeya y Presidente Medina, especialmente en las horas nocturnas donde los malhechores se sirven de de la oscuridad dentro de las estaciones.
“En ninguna parada hay luz. La estación de las Fuerzas Armadas es una boca de lobo”, subrayó una pasajera.
Además de la avería de los faros y las luces, los usuarios manifiestan que en cada una de las etapas es necesario un sistema de cámaras de seguridad, así como dentro de las unidades, “para evitar que haya robos”, indicó Zamora.
Sin cuidado. A pesar de las colas y la espera, en ocasiones, los autobuses que llegan a la estación de Las Flores, descargan a unos cuantos pasajeros, y luego reanudan su marcha con los autobuses vacíos.
“Llegan, dejan a la gente, y luego se van sin nadie”, señaló un usuario.
Otro hecho frecuente, según los pasajeros, es la falta de coordinación en la estación entre los choferes y el coordinador. Muchas veces los choferes descargan y montan a personas de otras estaciones sin dejar que los usuarios de la estación, en la que deben cargar, aborden el autobus.
Según un usuario, el coordinador de la estación, llegó a replicarle a quienes se quejaban de esta irregularidad, indicando que los choferes “pueden dejar a la gente que ellos quieran”.
Otra arbitrariedad que señalan los ciudadanos, es que algunos conductores han agredido verbalmente a los pasajeros que se quejan del servicio o hablan de forma negativa sobre el mandato del gobierno actual.
“El otro día un chofer insultó a una señora porque ella estaba hablando mal de Maduro”, indicó un pasajero.
Propuestas. “Esto no funciona porque aquí no cobran nada”, apuntó un pasajero. Los usuarios reiteran que es uno de los males por los cuales el servicio de la Línea 7 del Metro de Caracas, “es completamente ineficiente”, señaló otro ciudadano.
A juicio de los pasajeros, la tarifa debería cobrarse al mismo monto que el del pasaje urbano (Bs 2 mil) para que el sistema pueda mejorar.
2018-03-10