Las autoridades de Nueva Gales del Sur se preparan ante los pronósticos de altas temperaturas y fuertes vientos que amenazan con agravar la oleada de incendios que afectan a este estado australiano.
Los bomberos han trabajado durante la noche en la construcción de barreras de contención para intentar evitar que los fuegos que están activos en Springwood, Mount Victoria y Lithgow, en la zona de Blue Mountains, se unan en un único frente.
Los meteorólogos prevén hoy temperaturas de más de 30 grados y vientos de cien kilómetros por hora, lo que puede avivar las llamas y unir los tres focos que arden en Blue Mountains, y amenazar la zona de Hawkesbury, al noroeste de Sídney.
"Si esos incendios se unen, estaríamos hablando de un gran frente de fuego traspasando a la parte trasera de Sídney", dijo Joel Kursawe, representante del Servicio Rural de Bomberos en declaraciones citadas por la cadena Sky News.
Las autoridades han prohibido hacer fuego en las regiones de Central Ranges, Illawarra y Shoalhaven, además de la región de Greater Sydney y Greater Hunter.
El presidente del gobierno de Nueva Gales del Sur, Barry O’Farrell, declaró ayer el estado de emergencia en toda su jurisdicción, donde arden unos 50 incendios, 15 de ellos sin control y afronta la peor crisis de fuegos en los últimos 45 años.
Desde el jueves, las llamas han arrasado 37.000 hectáreas y destruido al menos 208 casas, además de causar la muerte de un hombre de 63 años, que falleció cuando combatía el fuego cerca de su casa en Lake Munmorah, a 124 kilómetros al norte de Sídney./EFE