2001.com.ve| EFE
Los habitantes de la provincia siria de Idlib ya no miran al cielo por temor a los bombardeos de una ofensiva que comenzó en abril de 2019 y que se detuvo hace un mes gracias a un alto el fuego acordado entre Rusia y Turquía, aunque ahora temen que el coronavirus llegue a la castigada región.
El pasado 5 de marzo el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, acordaron un cese de las hostilidades que entró en vigor al día siguiente, tras semanas de escalada de la violencia y de avance de las tropas leales al Gobierno sirio en el último bastión opositor del país.
Pese a que, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, el pasado marzo haya sido el mes con menos civiles muertos desde el inicio de la guerra en Siria en 2011, los habitantes en el noroeste del país temen la amenaza invisible de la COVID-19, a la que hacen frente con un sistema sanitario destrozado por el conflicto.
2020-04-07
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