Es “contrario a la ética” administrar en algunos países una tercera dosis de vacuna contra el covid-19; cuando muchos países en desarrollo luchan para obtener sus primeras dosis, afirmó el jefe de Serum Institute of India (SII), Adar Poonawalla.
El presidente del mayor fabricante de vacunas en el mundo añadió que no “es justo” administrar esas terceras dosis cuando los países pobres “no recibieron vacunas porque los ricos se apoderaron de la mayoría de las vacunas disponibles”.
Países como Francia comenzaron a administrar una tercera dosis a algunas categorías de población como a los mayores (seis meses después de su vacunación) y las personas con un débil sistema inmunitario.
Para justificarlo, esos países invocan una baja de la eficacia de los inmunizantes frente a la infección con la variante delta.
En Israel, la tercera dosis está disponible para los adolescentes a partir de 12 años, cinco meses después de haber recibido la pauta completa; y Estados Unidos lanzará una campaña el 20 de septiembre, comenzando sin duda por los mayores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y una parte de la comunidad científica denuncian regularmente la desigualdad en el acceso a vacunas entre los países pobres y los ricos que empiezan a administrar una tercera dosis.
Serum Institute produce cada mes unos 160 millones de dosis de vacunas Covishield contra el covid-19, desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford. Adar Poonawalla asegura que esa cifra alcanzará los 200 millones desde el mes de octubre.
AFP
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