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Descubre cómo puedes bendecir el agua sin ir a la iglesia

Martes, 26 de marzo de 2024 a las 08:42 pm
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Diversas religiones emplean el agua bendita para limpiar, proteger y bendecir. Debido a que muchas personas creen que solo un sacerdote ordenado puede santificar verdaderamente el agua bendita, quizás no puedas crear agua bendita genuina, aunque esto dependerá de tu religión.

Sin embargo, puedes hacer la prueba de bendecir el agua tú mismo siguiendo rituales y oraciones católicos tradicionales. Asimismo, existen diversos rituales paganos para bendecir el agua.

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–Bendecir el agua con oraciones y rituales católicos

Consigue y consagra la sal. 

Antes de poder bendecir el agua, será necesario bendecir la sal. Por lo tanto, debes consagrarla primero (es decir, hacerla sagrada o bendita). Consigue un poco de sal pura (por ejemplo, sal kósher o sal de roca natural sin ningún ingrediente agregado) y colócala en un recipiente, como un tazón pequeño o un frasco. Cuando estés listo para bendecir la sal, debes recitar las siguientes palabras del Ritual Romano:

"Nuestro auxilio es el Nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Te exorcizo, creatura de la sal, por el Dios vivo, por el Dios verdadero, por el Dios santo, por el Dios que ordenó, por medio del profeta Eliseo, que fueses puesta en el agua para sanar su esterilidad; para que te conviertas como sal exorcizada en salud para los creyentes, para que seas salud de alma y cuerpo para todos aquellos que te consuman; para que huya y se aparte del lugar donde seas puesta, toda maldad, toda acción del demonio, todo espíritu inmundo, conjurado por este Señor que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y el siglo por medio del fuego. Amén".

En caso de que vayas a consagrar la sal en presencia de testigos, invítalos a que oren contigo:

"Imploramos humildemente tu inmensa clemencia, omnipotente y eterno Dios, para que te dignes con tu piedad bendecir y santificar esta creatura de la sal que Tú creaste para uso del género humano: a fin de que se convierta en salud de alma y cuerpo para todos los que la consuman; y para que todo aquello que sea tocado por esta sal carezca de toda inmundicia y de toda impregnación del espíritu del mal. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén".

Consigue un poco de agua de una fuente natural, de ser posible. 

Si te es posible, debes conseguir el agua de un lago, arroyo o río cercanos. Debes tratar de no usar agua del grifo, ya que es posible que contenga aditivos (por ejemplo, el cloro y el fluoruro). Sin embargo, en caso de que consigas el agua de manera natural, debes filtrarla de antemano, ya que no querrás agua bendita sucia.

Coloca el agua en un recipiente abierto (por ejemplo, un tazón grande).

Asimismo, es posible usar agua del grifo o embotellada en caso de que no tengas a tu disposición una fuente natural. Otras buenas opciones son el agua destilada o de manantial de supermercado.

–Exorciza el agua. 

Será necesario que también lleves a cabo un exorcismo al agua antes de mezclarla con la sal. Recita estas palabras del Ritual Romano:

"Te exorcizo, creatura del agua, en el nombre de Dios, el Padre omnipotente, en el nombre de Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor, y con el poder del Espíritu Santo: para que seas agua exorcizada para ahuyentar toda fuerza del Enemigo y para que puedas erradicar y arrancar al mismo Enemigo con sus ángeles apóstatas, por virtud del mismo Jesucristo nuestro Señor que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y este siglo por el fuego. Amén".

En caso de que vayas a llevar a cabo el exorcismo en presencia de testigos

Invítalos a que reciten contigo la siguiente oración: "Oh Dios, quien por la salvación de la humanidad ha construido sus grandes misterios sobre esta sustancia, la creatura del agua, en tu bondad sé propicio a nuestras súplicas e infunde la fuerza de tu bendición a esta agua que hemos preparado con estas purificaciones, para que esta tu creatura sirva para alejar a los demonios, sanar las enfermedades.

Para que al ser derramada sobre las casas y los hogares de los fieles, éstos queden libres de toda inmundicia y de todo mal; que no resida allí un espíritu pestilente, se alejen todas las insidias del Enemigo y, si hay algo que perjudique a los que habiten en ella o a su tranquilidad, por la aspersión de esta agua huyan, para que la salud que te pedimos por invocación de tu Nombre quede defendida de toda impugnación del Maligno, por Jesucristo nuestro Señor, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén".

Vierte la sal en el agua formando una cruz en el agua. 

Después de haber exorcizado la sal y el agua, el último paso es la combinación de ambas. Incorpora la sal al agua formando una cruz al verterla. Conforme vayas vertiendo la sal, debes recitar lo siguiente:

"Que esta mezcla de la sal y del agua se realice en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén".

En caso de que vayas a realizar este ritual en presencia de testigos, luego debes decir "El Señor esté con ustedes" y ellos responderán "Y con tu espíritu".

Invita a todos los que estén presentes a que reciten contigo la siguiente oración: "Dios, autor de todo poder y rey insuperable de todo dominio y siempre triunfador magnífico, que reprimes las fuerzas del dominio del mal, que superas la sevicia del Enemigo, que poderosamente vences a las huestes enemigas: a ti, humildes, te pedimos, Señor, que mires con bondad estas creaturas de sal y agua y las santifiques con tu bondad, para que doquiera que sean regadas, por la invocación de tu santo Nombre desaparezca toda infestación del espíritu inmundo, sea alejado el terror de la serpiente infernal, y, mediante la presencia del Espíritu Santo, nos concedas benigno tu misericordia ya que humildemente te la suplicamos, por Cristo nuestro Señor. Amén".

Bendice

Después de hacer el agua bendita, puedes bendecirla con la siguiente oración del Libro de bendiciones del Novus Ordo: "Bendito eres, Señor, Dios todopoderoso, que te dignaste a bendecirnos en Cristo, el agua viva de nuestra salvación, y reformarnos interiormente, permite que quienes nos fortificamos con rociar o usar esta agua gocemos de la juventud de espíritu que se renueva por el poder del Espíritu Santo y caminemos siempre en vida nueva".

Al terminar la bendición, haz la señal de la cruz sobre el agua.

Emplea el agua bendita para bendecir tu hogar y tu familia. 

Cuando termines de bendecir el agua, colócala en el recipiente que desees (por ejemplo, un vial pequeño de vidrio o un rociador de plástico). Puedes rociarla en distintas habitaciones de tu hogar para así bendecirlas o bien bendecirte con ella a ti mismo o a un miembro de tu familia al irse a dormir por la noche.

En caso de que no te sientas cómodo con el uso de agua bendita que tú mismo hayas bendecido, puedes pedirle un poco a un sacerdote de tu parroquia. Existen algunas iglesias que también cuentan con una fuente de agua bendita en donde es posible llenar un recipiente y llevártelo a casa.

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