Varias casas de la ciudad de Sídney, Australia, son azotadas por una plaga de arañas; en la que decenas de estos insectos se alojan en algún sector de la vivienda. Estas tienen una longitud de unos 13 centímetros y realmente no es inusual que se cobijen en los hogares de las personas.
“Una amiga mía en Sídney acaba de entrar en la habitación de su hija y encontró esto”; escribió la usuaria australiana Peta Rogers el pasado 27 de enero. Una amiga de la conocida tuitera envió fotos y un video donde se puede observar a las nuevas “inquilinas” después que su hija le envió las fotografías.
“No es tan malo… quizá haya 50 o 60”, se escucha, antes de girar hacia la otra esquina y descubrir que hay, al menos, el doble de crías en esa pared. La sorpresa de Rogers y los usuarios fue gigantes, pero no deja de ser algo común en esas fechas del año.
Estas arañas cazadoras son pertenecientes a la familia Sparassidae y están muy extendidas en Australia y otros lugares cálidos. Durante el verano, las poblaciones de estos insectos aumentan y es usual que ingresen en los hogares. Incluso, muchos residentes de Sídney alertaron de infestaciones de cazadores esta semana, según los medios locales.
La presencia de las arañas se debe a que buscan refugio en las casas cuando el calor y la humedad son demasiado intensos. En tal sentido, la baja presión que trajeron las lluvias y la humedad, después de varios días de altas temperaturas, generó el clima ideal para que los insectos se alojen en los hogares.
“Proporcionan muchos rincones y grietas seguros donde las arañas pueden esconderse, y donde las hembras pueden poner sus huevos”, explicó el aracnólogo Robert Raven, director de Biodiversidad Terrestre del Museo de Queensland, según reseñó el medio de comunicación ABC.
Aumento de población de arañas
De igual forma, el clima es excelente para que los huevos eclosiones, de forma que aumenta la población de arañas. “Las bajas presiones son uno de los desencadenantes de este proceso”, explicó Raven.
No obstante, y para fortuna de los afectados, la aracnóloga Lizzie Lowe, de la Universidad de Australia, expuso que los densos grupos no permanecen mucho. Según la especialista las arañas son “muy caníbales” y comienzan a devorarse entre sí al cabo de uno o dos días.
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