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Cómo la crisis de Ucrania puede obligar a la NASA a redefinir su futuro

Miércoles, 26 de marzo de 2014 a las 07:30 pm
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bbc mUNDO 

Las relaciones diplomáticas entre Rusia y Estados Unidos están pasando por un momento tan tenso a raíz de la crisis política en Ucrania que ya hay quien se pregunta si el conflicto puede terminar afectando también a la cooperación espacial.

Estados Unidos depende de Rusia para el envío de astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), de la que ambos países forman parte, y utiliza motores rusos para los cohetes Atlas V, que despegan frecuentemente con cargamentos militares y civiles.

El Pentágono le pidió la semana pasada a la Fuerza Aérea que revisara las implicaciones de utilizar los motores para determinar si hay un potencial riesgo a la seguridad nacional. Además, la agencia espacial estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés) indicó su intención de que sus astronautas vuelvan a viajar en aeronaves nacionales.

"La NASA está trabajando agresivamente para que los vuelos espaciales humanos regresen al suelo estadounidense y terminemos nuestra dependencia de Rusia para llegar al espacio", le dijo a BBC Mundo Joshua Buck, vocero de esa entidad gubernamental.

"Mientras tanto, la NASA y Roscosmos (la agencia rusa) continuarán trabajando juntas para mantener la ISS, donde han vivido humanos de manera continúa por más de 13 años, y estamos confiados en que nuestras dos agencias espaciales seguirán trabajando de cerca como lo han hecho durante los varios altibajos de la relación más amplia entre Estados Unidos y Rusia", prosiguió.

Cohetes estadounidenses, suelo estadounidense

Justo esta semana, mientras crecen las tensiones diplomáticas y coincidiendo con la exclusión de Moscú del G8, Rusia y Estados Unidos se embarcaron en su más reciente proyecto de cooperación en el espacio: el envío a la ISS de los cosmonautas Oleg Artemyev y Alexander Skvortsov y el astronauta Steve Swanson. Ellos estarán en la estación durante los próximos seis meses.

"Creo que deben sentirse bastante incómodos viendo lo que está pasando con la situación internacional por la anexión de Crimea", le dijo Roald Sagdeev, exdirector del Instituto de Investigación Espacial Soviética, al programa PRI’s The World, un espacio radial coproducido por el Servicio Mundial de la BBC.

"Sin embargo, estoy seguro de que fueron instruidos para dedicar toda su energía y todo su tiempo a una verdadera cooperación internacional", agregó.

El papel de Moscú en ese trabajo común espacial ha cobrado mayor importancia a raíz de la decisión de Estados Unidos de poner fin a su programa de transbordadores espaciales en 2011. Desde entonces, Rusia ha sido el encargado de llevar a los astronautas estadounidenses a la ISS a bordo de sus naves espaciales Soyuz.

No lo hace gratis, claro: según le dijo el portavoz de la agencia espacial estadounidense a BBC Mundo, NASA les pagó a los rusos US$424 millones por seis puestos en vuelos que despegarán en 2016. Eso incluye el entrenamiento para el lanzamiento, así como el envío de un cargamento limitado y apoyo logístico.

El gobierno de Estados Unidos tiene todas las intenciones de empezar a evitar esos costos en los próximos años.

El administrador de la NASA, Charles Bolden, escribió este martes que "si bien la ‘carrera espacial’ ha evolucionado en los últimos 50 años de competencia a colaboración con Rusia, la NASA está legítimamente enfocada más que nunca en que nuestros astronautas regresen al espacio en cohetes estadounidenses, lanzados desde el suelo estadounidense".

Bolden, sin embargo, reconoció que ese proyecto del presidente Barack Obama se ha visto afectado por decisiones presupuestarias en el Congreso.

Según Joshua Buck, la NASA tiene previsto seleccionar este año a las compañías estadounidenses que transportarán a los astronautas a la ISS a partir de 2017.
"Interés mutuo"

Mientras la NASA busca cómo reducir la dependencia en los viajes hacia la ISS, el Pentágono revisa lo propio en cuanto a los motores rusos RD-180, que se utilizan en los cohetes Atlas V, creados por las compañías estadounidenses Lockheed Martin y Boeing.

El Atlas se ha utilizado para lanzar satélites militares estadounidenses, así como importantes sondas de la NASA. Por ejemplo, la misión de Maven a Marte fue lanzada en noviembre del año pasado a bordo de un Atlas V, así como la misión Juno a Júpiter en 2011.

A la luz de los eventos políticos recientes con Rusia, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, le ordenó a la Fuerza Aérea que realice una revisión adicional del RD-180.

El objetivo, según explicó la semana pasada el portavoz del Pentágono, el contralmirante John Kirby, es "asegurarnos de que entendamos completamente todas las implicaciones, incluyendo las interrupciones al suministro, de usar componentes extranjeros" en el programa.

Kirby, sin embargo, agregó que hasta donde él sabe, Rusia no tiene un historial de amenazas para cortar el suministro.

"Hay una reserva de motores ahora, así que no hay un problema inmediato", le explicó a BBC Mundo Scott Pace, director del Instituto de Política Espacial en la Universidad George Washington, en la capital estadounidense.

"Por supuesto si (estas tensiones) siguen por mucho tiempo o si se corta el suministro, entonces tendría que haber un nuevo equipamiento en Estados Unidos", agregó.

Pero el experto no cree que vaya a haber mayores problemas en la cooperación espacial general, por lo menos en el marco de la situación actual.

"La relación en el espacio ha evolucionado por el beneficio mutuo y el interés mutuo", dijo.
"Ciertamente es posible que una de las partes decida tomar acciones que hieran la relación, pero es difícil que lo haga sin verse afectado a sí mismo", concluyó.