BBC MUNDO
No vuelan como Superman, ni tampoco se balancean entre rascacielos como el Hombre Araña. Tampoco han salvado a la Tierra, aunque lo intentan a su manera, y en algunos casos su apariencia es muy distinta a las figuras atléticas de los personajes de los cómics.
Son los superhéroes urbanos de México, personajes que desde hace décadas se han convertido en representantes de causas ambientales, vecinales, de derechos humanos o que buscan una ciudad más amable, por ejemplo.
En esta mexicana Liga de la Justicia existe un defensor de los peatones, otro que defiende a trabajadores electricistas, uno que denuncia baches (hoyos) en las calles y hasta el paladín de los que no tienen casa y ocupan edificios abandonados para sobrevivir.
Todos usan máscaras muy similares a las de la lucha libre, el segundo deporte más popular de México después del fútbol, y como los luchadores enmascarados ocultan su personalidad real.
La cultura de los superhéroes urbanos se inició en 1985 cuando un terremoto devastó una parte de la capital mexicana, y desde entonces han aparecido varios personajes ligados a procesos políticos o crisis sociales.
Superluz SME, por los trabajadores
Su misión es clara: proteger a los miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), quienes en octubre de 2009 perdieron su empleo cuando el gobierno federal cerró la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (CLyFC).
El SME ha sido una de las organizaciones de trabajadores más grandes del país, y aunque no mantiene militancia partidista durante varias décadas apoyó a movimientos vinculados a la izquierda.
Superecologista
Uno de los problemas más comunes en Ciudad de México es la contaminación ambiental, que se intenta controlar con programas para regular el uso de motores eficientes y gasolinas sin plomo.
El superhéroe aparece con regularidad para promover la conservación de los bosques aunque no se ha vinculado a alguna organización ecológica o causa política alguna.
Peatónito, contra los abusos viales
En una ciudad donde diariamente circulan más de cuatro millones de automóviles hacía falta un defensor de los peatones.
Y ese es Peatónito, personaje con máscara y traje oscuros, que se dedica a vigilar que se cumpla el reglamento vial y se permita el paso a quienes cruzan las congestionadas avenidas de Ciudad de México.
Ciudadina: contagiar amabilidad
Es la más joven en la liga de superhéroes urbanos pues apenas hace medio año que inició su lucha: contagiar amabilidad, "una palabra que me parece poco valorada", dice, pero que puede iniciar una cadena de pequeños cambios que construyan una sociedad más segura.
Y para conseguirlo recurre a su máscara y traje rosa, con mallas de cuadros multicolores y se monta en una bicicleta rosa, verde y naranja para hablar con niños y adultos.
2014-09-02