Los peces son unas mascotas muy tranquilas y queridas por todo el mundo pero ¿somos conscientes de que ellos también pueden sufrir estrés? Pues sí, pese a que no son expresivos, hay una serie de conductas que debemos tener en cuenta para determinar si nuestro pez está estresado o no.
Su determinación es enormemente importante ya que ese estrés puede derivarle en enfermedades muy graves o incluso la muerte, sin saber exactamente el motivo.
Es importante que entendamos que son otros los desencadenantes de esa muerte repentina pero, el estrés genera y acrecienta esos factores y diversos problemas al animal.
El estrés se compone de una serie de alteraciones que sufre cualquier ser vivo en un estado de cansancio mental o físico, provocado por ambientes que no nos reconfortan o un exceso de actividad superior al que estamos acostumbrados. Los peces, por consiguiente, tienen sus propios factores que pueden provocarles ese peligroso estrés.
Los peces que sufren esta alteración pueden sufrir patologías graves sin que, por desgracia, nos demos cuenta e incluso, pueden morir sin esperarlo. ¿Por qué? Pues bien, ese estrés desencadena una serie de factores que hacen que su sistema orgánico se altere, afectando a su sistema inmunológico gravemente, el cual, se debilita y provoca que el pez se quede de ese modo indefenso frente a los posibles agentes patógenos.
Destacar que el nivel de estrés depende mucho de la especie de pez ya que hay especies que se adaptan mejor a esos desniveles pero, si quieres o tienes un acuario, deberías informarte de la propensión al estrés que tiene cada tipo de pez.
Con información de Muy Interesante