EFE
Los escarpados relieves del macizo montañoso del Hoggar, las dunas de Tagrera o las pinturas rupestres del Tasili N’Ajjer, consideradas patrimonio universal por la UNESCO, se extienden sin muros, techos ni paredes por el vasto desierto del sureste argelino, un inmenso museo que ya no atrae visitas.
El rápido deterioro de la seguridad en la vecina Libia y en el limítrofe Mali desde 2011 ha impuesto una coyuntura que mantiene alejado el flujo de turistas extranjeros, a los que, además, cada vez les resulta más difícil obtener un visado para entrar en territorio argelino.
"Es difícil obtener el visado para los extranjeros por razones de seguridad", confirmó a Efe el director de la asociación de agencias de viajes de la provincia meridional de Ilizi, Musa Awamer, que también destacó que "el visado argelino es caro y complicado de obtener".
Según él, un turista que quiera visitar el sur de Argelia puede llegar a esperar entre mes y medio y cuatro meses.
Para Awamer, el atentado contra la planta de gas de In Amenás en 2013, la proliferación de armas en Libia y el levantamiento armado tuareg del norte de Mali en 2012 "han influido negativamente sobre el turismo en la región debido a la proximidad de las fronteras" libia y maliense.
"El sur argelino presenta una grave inestabilidad", concluyó Awamer a Efe.
Esta situación, según indicó Isabel Deweber, directora de ventas de la empresa española Marina D’Or, ha empujado a los turistas extranjeros a viajar a los vecinos Túnez o Marruecos.
"El Sahara es frecuentado mucho más por el turismo nacional, porque los extranjeros sufren la lentitud de los procedimientos para la obtención de un visado", dijo Deweber, cuya compañía colabora con una agencia de viajes argelina.
Sin embargo, para el Presidente del Sindicato Nacional de Agencias de Turismo en Argelia (SNAT), Bachir Yeribi, más allá de la inseguridad o de las dificultades administrativas para viajar al país magrebí, el principal problema es "la insistencia" de los Ministerios de Exteriores de varios países europeos en "desalentar" a los turistas.
En concreto, Yeribi señaló a las autoridades de Francia, cuyos ciudadanos constituyen la principal clientela del "turismo de desierto" en el país norteafricano.
La embajada de Francia en Argelia recomienda a sus ciudadanos la mayor prudencia posible en sus desplazamientos a Argelia "debido a la persistencia de un alto riesgo de terrorismo en la región" y desaconseja viajar al sur y al este del país.
Esta situación, según Ahmed Hamdaui, presidente de las agencias de viajes en la ciudad meridional de Tamanraset, ha provocado la "paralización" total de la actividad turística.
"Debido a la inseguridad, varios sitios turísticos permanecen cerrados en toda la región del Sahel desde el año 2010, cuando se registró una interrupción total de la actividad", confesó desesperado Hamdaui.
Este guía argelino explicó a Efe que en la campaña 2009-2010 en la provincia de Tamanraset, 8.000 extranjeros visitaron la zona.
Frente a estas cifras "abundantes", como las calificó Hamdaui, el empresario se quejó de que desde el levantamiento armado contra el dictador Muamar al Gadafi ocurrido en Libia en 2011, las agencias turísticas no han recibido apenas clientes.
El responsable advirtió de que si esta situación persiste, la población local va a sufrir graves consecuencias.
En este sentido, Hamdaui indicó que además de las agencias de viajes, otros sectores como la artesanía dependen de la afluencia de los viajeros.
"Los ciudadanos de esta región, los camelleros y los guías turísticos viven momentos difíciles debido a la regresión de los turistas", agregó Hamdaui.
Para Yeribi, la solución está en que las misiones diplomáticas argelinas en el exterior hagan publicidad de los atractivos que ofrece el desierto.
Ante la general desazón expresada por los empresarios de la región contactados por Efe, Awamer fue el único en mostrar esperanza tras revelar que en la última temporada de 2013-2014, la región de Djanet, donde él opera, recibió 600 turistas.
Una cifra muy baja respecto a los años dorados del turismo sahariano, pero alentadora en comparación con los últimos cursos, en los que el número de turistas fue, según Awamer: "igual a cero"
2014-06-13