AFP.
¿Miedo a las arañas? Una exposición en Nueva York debería reconciliar a sus visitantes con estos animales, borrando el mito hollywoodense de que son peligrosas.
La aracnofobia, el miedo irracional a las arañas, afecta a millones de personas en todo el mundo, en particular a las mujeres. Es una de las fobias más comunes del mundo occidental.
Sin embargo, según los científicos, los arácnidos de ocho patas, tarántulas y escorpiones incluidos, no son peligrosos para los humanos, espantan a los insectos y pueden incluso ayudar a curar algunas enfermedades.
Veinte especies son las estrellas de la nueva exposición del Museo de Historia Natural de Nueva York, que acoge también la mayor colección de arañas del mundo.
“Spiders Alive!” (“¡Arañas vivas!”), que abre este viernes y permanece hasta el 2 de noviembre, permite a los visitantes acercarse a las arañas, tarántulas y escorpiones, hacer preguntas y evocar sus miedos.
El comisario de la exposición, Norman Platnick, aracnólogo de reputación mundial, invita a venir a descubrirlas especialmente a aquellos que les tienen miedo.
“Creo que el miedo es una cosa aprendida y es irracional”, explicó a la AFP, culpando de ello a los padres y a los medios de comunicación.
¿Ayudar a curar la epilepsia?
“Todos tenemos esta imagen de Hollywood de una tarántula avanzando sobre el pecho de James Bond y nos han hecho creer que es peligroso, mientras que el único peligro es que produzca picores”, añadió.
“Este animal no va a herirle en absoluto”, sonrió, recordando la película de 1962 “Dr. No” (“El satánico Dr. No” o “Agente 007 contra el doctor No”), en la cual este malvado antagonista ordena que el espía, interpretado por Sean Connery, sea asesinado con una tarántula.
“Spiders Alive!” presenta a las arañas como “criaturas alegres y fascinantes, extremadamente útiles para el hombre”.
Matando a numerosos insectos, permiten al hombre desarrollarse, explica Platnick. Sin ellas, la población humana sería menos numerosa, por no decir inexistente.
Más antiguas que los dinosaurios, las arañas comenzaron a evolucionar hace más de 300 millones de años. Una de las expuestas ha estado atrapada en resina desde hace 20 millones en años. Otra de las piezas es un fósil calcáreo de araña datado en 100 millones de años.
Menos de 1% de las 43.000 especies conocidas son peligrosas para el hombre, según el museo. Y ni siquiera son propensas a morder. Según Platnick, muchas de ellas son demasiado pequeñas para penetrar la piel humana, y las mordidas de las que sí pueden no tendrán casi efecto.
Aunque hay algunas excepciones: entre las arañas de la exposición, cuatro viudas negras, una araña endémica de América del Norte muy venenosa que se encuentra al borde de las carreteras o en jardines.
Pero el resto de arañas son más bien buenas para la salud.
Ciertos componentes de algunos venenos son utilizados para investigaciones neurológicas, lo que podría ofrecer posibles tratamientos para enfermedades como la epilepsia.
Una proteína de la tarántula rosa de Chile puede asimismo ayudar a regular los latidos del corazón.
“Conocemos apenas la mitad de lo que es” posible, afirma Platnick.
“Cada mañana puedo venir aquí, mirar en mi microscopio y ver algo que jamás había visto. Y a menudo veo cosas que nadie jamás ha visto aún, lo que las hace más fascinantes”.