EFE
Las autoridades israelíes han entregado órdenes de confiscación de tierras por valor de 1.290 hectáreas a habitantes palestinos en la aldea de Beit Iksa, situada al norte de Jerusalén, informaron hoy los afectados.
Según su testimonio, recogido por la agencia de noticias local Maan, las órdenes están firmadas por el responsable militar israelí en la Cisjordania ocupada, Nitzan Alon, y fueron entregadas por soldados en el puesto de control situado a la entrada de la aldea.
En el documento, las autoridades exigen que dejen los terrenos antes del 31 de diciembre de 2017, explicaron los afectados, que fueron informados asimismo de que las tierras han sido confiscadas "para uso militar" y que el lunes un oficial se personará en la aldea para explicar que terrenos son las afectados.
En Beit Iksa viven unas 1.700 personas, en su mayoría refugiados que perdieron su hogar durante la ocupación israelí de Cisjordania y Jerusalén Este en 1967.
La aldea ha quedado progresivamente aislada en los últimos años por el muro de segregación israelí y sus habitantes se han visto obligados a huir por las continuas apropiaciones por parte israelí, que según Maan controla ya el 93 por ciento de la localidad.
Gran parte de las tierras han quedado, igualmente, divididas por el muro de separación y sus habitantes no pueden acceder a ellas ni viajar a la vecina Jerusalén.
En sus alrededores, Israel ha construido varios bloques de colonias.
El alcalde de la localidad, Saada al-Khatib, explicó a Maan que la entrega de las órdenes de confiscación coincide con el autorización por parte de Israel para la construcción de 244 nuevas casas en la colonia vecina de Ramot, levantada también en tierras confiscadas.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea (UE) no reconocen la anexión de Jerusalén Este y exigen a Israel que acabe con la colonización y apropiación de tierras, que consideran ilegal y un obstáculo para la paz.
El ejército israelí no ha dado aún su versión.