BBC Mundo
Aunque los científicos no pueden medir directamente si los animales pueden soñar, sí pueden registrar si experimentan movimientos oculares rápidos (REM o MOR).
Esa es la fase del sueño más profundo, en la que los músculos se mueven menos y los humanos sueñan.
Esa falta de movimiento en los músculos es un problema para los mamíferos marinos pues tienen que retornar a la superficie del agua con regularidad para respirar.
Se sabe que las ballenas pueden dormir parcialmente con una mitad del cerebro y luego la otra, algo que se conoce como el sueño unihemisférico, para poder mantener los movimientos esenciales.
Pero para complicar el tema, evidencia reciente indica que las ballenas también pueden entrar en las profundidades del sueño REM, aunque sea por cortos períodos de tiempo.
Patrick Miller, de la Universidad de St Andrews, formó parte del equipo que filmó a un grupo de cachelotes (Physeter macrocephalus) descansando, con sus cabezas en o cerca de la superficie del mar.
Las ballenas se mantuvieron inusualmente quietas hasta que un bote accidentalmente las perturbó y para Miller esa fue una prueba de que estos mamíferos entran en esa fase de sueño profundo en la que es posible soñar.