Redacción 2001
Mariane Richard, francesa, dice sufrir de sensibilidad electromagnética y, por eso, alegó que es alérgica al WiFi. Es decir, que padece de una afección cuando está expuesta a teléfonos y aparatos electrónicos.
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La mujer dice que no puede llevar una vida normal y acudió a juicios para declararla incapacitada. Ahora está siendo pensionada por 500 euros mensuales por sufrir de sensibilidad electromagnética.
Mariane, actualmente, vive en un granero alejada en el campo de todas las ondas que le afectan. Sin embargo, la OMS advierte que esta “enfermedad” tiene “una serie de síntomas sin especificar que carecen de una base o elemento toxicológico o psicológico que permitan su verificación”.
2015-09-01