La visión de una pecera es algo relajante. Parece que contemplar las actividades de los peces (o inactividades, más bien) lleva a un estado mental cercano al nirvana. Por otra parte, las actividades que uno realiza en el retrete tienen como objetivo relajarse. Así que la unión de ambos, pecera y retrete, es algo lógico y, de alguna forma, llamado a ser.
Esto no siempre es así, claro, y de vez en cuando puede haber problemas en el retrete cuyas consecuencias podrán contemplarse en gotas de sudor en el suelo y arañazos en los azulejos. Dichos problemas pueden venir acompañados de gritos, maldiciones y mensajes amenazadores escritos en el espejo que dicen "No más picante". En esos momentos tener testigos directos de nuestro sufrimiento no es conveniente porque acabarán pagando ellos, pero, por lo general, el retrete con pecera incorporada es una buena idea./NoPuedoCreer
Jueves 25/07/2013