El actor Robert Downey Jr., conocido por representar al superhéroe Iron-Man en el Universo Cinematográfico de Márvel (UCM), estuvo cerca de quedar fuera de una de las películas más ambiciosas de la saga que reúne a Los Vengadores.
Se trata de Capitán América: Civil War, la última película de la trilogía liderada por Chris Evans, y en la cual el mayor enfrentamiento se produce entre los mismos héroes.
Robert Downey Jr., para ese entonces representaba gran parte del éxito del UCM, por lo cual exigía un salario acorde.
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Al filmar Los Vengadores, cobró 50 millones de dólares, y por Iron-Man 3 su sueldo y sus beneficios alcanzaron los 70 millones.
Mantener a Downey en apariciones secundarias se volvió también costoso; pero esto sería clave de cara a Capitán América: Civil War.
El presupuesto Capitán América: Civil War se iba a disparar, por lo cual los productores exigieron un borrador del guion más moderado.
Uno de los recortes más importantes era la presencia de Iron-Man, quien, en cierto punto, sería eliminado por completo de la película.
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Kevin Feige fue quien terminó por encontrar un aliado en Bob Iger, el CEO de Disney, propietaria de Marvel, reseña Sensacine.
El directivo se integró en los conflictos entre el estudio y la empresa, y exigió que “dejaran de poner obstáculos” para el filme.
Este apoyo dio la libertad creativa y poder presupuestario, que Civil War necesitaba para llegar a las salas.
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