Se han levantado, y de nuevo; de forma mágica, como tantas otras veces en esta misma edición; y como tantas otras veces en ediciones anteriores, la historia triunfó. Esa historia que se ha construido cada vez que juega el Real Madrid.
Silenciaron a todo Liverpool y también, han callado las incontinencias de Mbappé. Una dupla suramericana entre Vinicius Jr. y Federico Valverde catapultó el estruendoso esfuerzo defensivo.
Pero más allá del amazónico y del charrúa, fue en definitiva el portero belga Thibaut Courtois quien actuó con un propósito único: la decimocuarta.
El cancerbero belga tapó de todo, y quedó con las manos libres para recibir la ansiada orejona. Un nivel que Ancelotti elogió al decir que sólo lo ha visto posible en dos ocasiones en su vida: Una vez con Courtois y de nuevo con él mismo, en repetición.
"Creo que hemos salido de un partido difícil. Hemos sufrido un poco en la primera parte. El compromiso ha sido perfecto. Muy felices. Lo que hemos hecho muy bien es que no le hemos dado el juego vertical. Atrás lo han hecho muy bien. Han tenido oportunidades…
Era el plan y ha salido bien. ¿Ha visto algún portero hacer paradas como las de Courtois?: Sí, lo he visto otra vez. De Courtois. Ha hecho una temporada fantástica. ‘Ici, c’est Real Madrid", expresó Carletto.
La llegada de un nuevo mesías quedó enterrada, en un Madrid que sin "grandes estrellas", pudo brindar satisfacción a Florentino.
La clave ha estado en el valor colectivo que la entidad merengue imprimió en Paris, al imitar quizás los años exitosos de la era Cristiano.
A su vez, también ha quedado plasmada la Champions de las remontadas, y con una pared bajo los tres palos que copó el corazón de un madridismo que aún sigue mostrando efervescencias.
El Real Madrid sufrió, pero sufrir preferiblemente es el plan de Ancelotti jornada tras jornada. El primer acto, fue un completo regalo para el Liverpool; pero el equipo de la ciudad que vio nacer a Los Beatles, se encontró con un obsequio que no supo aprovechar.
Salah y Mané lo intentaron, pero la inspiración en el arco madridista no permitió desparpajos. Van Dijk y Konaté no otorgaban espacios en el área roja. Jürgen Klopp sonreía y aún no sacaba el librito de estrategias.
Valverde, como falso extremo; se escondía para despistar y aparecer. Pero este secreto, no lo conocía el director técnico teutón. Luis Díaz, del que tanto se habló; fue amarrado por Carvajal en el sector derecho. El cafetero, maniatado; se tuvo que ir. No era su momento.
Vinicius arrastró la marca de Alexander-Arnold, quien parecía dominar la persecución. El brasileño apuntó centros continuos que sus compañeros no supieron leer. Acababa la primera parte, sin éxito para ningún bando.
Sin cambios, iniciaba el complemento… Valverde fue creciendo en cada sector que tocó. Y de esa evolución, nacía el único gol de partido:
Un potente remate tras desbordar por la banda en diagonal, fue aprovechado por Vinicius en un ligero desvío; y el brasileño la adentró en la red. El plan se concretaba y Carlo Ancelotti se hallaba a gusto con una estrategia que logró consumarse.
El Liverpool al ver la estocada, reaccionaba con algo de valentía; porque además tenía el vestigio de cómo hacerlo. Salah, Mané y Diogo Jota se unieron para buscar las bandas y los palos contrarios, pero Courtois era más grande que cualquier circunstancia que podía presentarse; o al menos eso demostró.
Klopp sacaba la libreta, papeles iban y venían. Conversaciones desesperadas con sus asistentes marcaban los minutos finales. El técnico alemán colocaba toda la carne en el asador al usar un último recurso: cuatro delanteros en cancha.
Entraban por Liverpool Roberto Firmino y Keita… El cuarteto de delanteros quería hacer mella: pero entre remates desviados e intervenciones del belga, se consumían los minutos hasta llegar a los 90.
La bombona de oxígeno era liberada por Carlo Ancelotti y la estrategia era clara: hacer perder tiempo al Liverpool. Eduardo Camavinga entraba a la cancha para recuperar balones y brindar aire a la plantilla.
Cinco minutos de añadido y el tiempo que no se regenera, no alcanzaba. Tiempo cumplido en París y a celebrar el Real Madrid con esa mínima diferencia.
Campeones de Europa por decimocuarta vez, y con doblete ante sus más cercanos perseguidores: Ocho Champions League de Diferencia entre La casa Blanca y Milán-Liverpool. ¡La gloria los ha vuelto a tocar!
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