Tal día como hoy, 30 de julio, pero en 1939, nació en Cabimas, estado Zulia, Víctor José Davalillo Romero, el famoso “Vitico”, el rey del hit en Venezuela.
Uno de los peloteros de este país en ganar un guante de oro en Grandes Ligas – y el primero en hacerlo custodiando el jardín central -, conquistador de seis títulos en la pelota venezolana y de dos Series Mundiales en Estados Unidos.
Recordado como el hombre que se entregaba a su causa en el diamante, capaz de colgarse de las vallas del jardín central del Universitario, lanzar desde el morrito (sí, Davalillo también fue lanzador), y que elevó a la máxima potencia el significado de “bateador joseador”, ese a quien le costaba Dios y su ayuda hacerlo out.
Su trascendencia y legado va más allá de unos números: era el hombre que querían tener en el equipo porque sabías que daría el batazo en cualquier momento.
Muchas dudas y debates han surgido por la fecha y el año en el cual nació Davalillo, algunos dicen que fue en 1936, otros en 1939 y algunos (incluido el propio Davalillo en alguna entrevista) que fue en 1941.
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Sin embargo, el historiador Javier González comprobó en el libro “Vitico al Bate” junto con Carlos Figueroa Ruiz que su partida de nacimiento refleja que nació en Cabimas, estado Zulia, el 30 de julio de 1939. Por todo lo antes mencionado, ya son 84 años desde que el ilustre "rey del imparable", vino al mundo.
Víctor Davalillo: un hit en la punta del bate
Davalillo empezó su carrera en Venezuela, en la temporada 57-58 con los Leones del Caracas, el equipo con el cual vivió las mayores glorias. Allí conformó una dupla temible con su amigo César Tovar, y desde sus comienzos ya dejaba entrever que estaba predestinado a la grandeza.
Su temporada de novato la plasmó con actuaciones desde el montículo con ofensiva (eso que hoy hace, magistralmente, el japonés Shohei Ohtani en MLB, por ejemplo), para dejar una victoria como escopetero y una línea de 8-2 con promedio de .250. Una etapa que comenzaría lenta, pero que fue un crescendo con el paso de las temporadas hasta convertirse en un dolor de cabeza para los rivales.
Su paso por la LVBP se traduce en cuatro títulos de bateo (62-63 con .400; 63-64 con .351; la 67-68 con .395 y la 70-71 con .379. ), ganó los dos primeros de forma consecutiva y en un total de seis campeonatos, todos con los Leones.
En ese lapso de finales dejó una imagen para la posteridad que muchos aficionados caraquistas y del béisbol recuerdan: su físico colgado a la valla del jardín central del estadio Universitario, en 1973, para robarle un jonrón a Bob Darwin de las Águilas del Zulia. Lo tenía todo, era un jugador total.
Su última temporada la redondeó con algo histórico: vio a Urbano Lugo Jr. lanzarle aquel No Hit-No Run a los Tiburones de La Guaira en la final para obtener el campeonato de la 86-87, ya cuando el cabimero tenía 47 años. Una despedida especial e inolvidable.
Un legado que perdura
Vic, (como era conocido en Estados Unidos) acumuló en 30 temporadas en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional 1.505 imparables, un logro que le enorgullece y presume.
Alguna vez le preguntaron a Tomás Pérez (otro miembro de la selecta lista del millar de hits en Venezuela) sobre su primer imparable, y exclamó: "Cuando Vitico me felicitó por eso me dijo que ya solamente me faltaban 1.504 para igualarlo".
Así ha sido siempre, jocoso y consciente de que su legado en el pasatiempo número uno de los venezolanos es muy grande.
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Es el número uno de un grupo que contiene a nueve peloteros, hay que sacar a Robert Pérez, quien tiene una ventaja de 136 hits en ese primer escalón, lo cual viene a ser una diferencia que un buen año en Grandes Ligas puede tener algún pelotero.
Davalillo fue el primer criollo en ganar el guante de oro en el CF
Precisamente en el “Big Show” se erigió como el primer venezolano en ganar un Guante de Oro como jardinero central, algo que logró en 1964 con los Indios de Cleveland, el equipo que un año antes lo vio debutar y quedar nominado a Novato del Año.
No conforme con eso, en 1965 fue tercero entre los mejores promedios de la Liga Americana con .301 y asistió a su único Juego de Estrellas en Minnesota.
La grandeza de Davalillo se puede ver también porque lidió en su época con Willie Mays, y aún así pudo arrebatarle un premio a mejor jardinero. Un Salón de La Fama vio como un muchacho de 24 años se imponía y hacia historia para Venezuela.
Fue el segundo venezolano, detrás de David Concepción, en participar en cuatro series mundiales: 1971, 1973,1977 y 1978.Ganó dos de ellas, una con los Piratas de Pittsburgh en 1971 y en 1973 con los Atléticos de Oakland.
Su proeza fue reconocida por el Salón de la Fama del béisbol venezolano, porque el 3 de julio de 2003 fue exaltado al templo de los inmortales de la pelota de Venezuela.
Por esta razón rendimos merecido homenaje al "rey del hit", al hombre que nació con un imparable en la punta del bate.
¡Qué sean muchos más, Vitico!
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