José Mourinho ha vuelto a ser el centro de la polémica, esta vez provocando un terremoto en el fútbol turco. Varios directivos del comité disciplinario de la federación han dimitido tras la filtración de mensajes privados que mostraban una clara animadversión hacia el entrenador del Fenerbahçe. La situación ha generado una fuerte condena por parte del club.
Los mensajes filtrados, presuntamente de un chat privado, revelan una actitud vengativa contra Mourinho. El presidente de la organización habría llegado a decir: "la próxima temporada le haremos pagar por esto. Se le ha tolerado demasiado", evidenciando un sesgo que choca con la imparcialidad que se espera de un comité disciplinario.
Estas comunicaciones surgen a raíz de las constantes críticas de Mourinho a los árbitros turcos. El estratega portugués, conocido por su temperamento, fue recientemente suspendido tres partidos por un altercado con el técnico del Galatasaray, Okan Buruk, tras un encuentro.
El Fenerbahçe no tardó en reaccionar, emitiendo un comunicado oficial en el que solicitó a la Federación Turca de Fútbol una investigación. El club expresó su indignación, afirmando que "esta mentalidad hostil... no tiene cabida en el deporte turco" y que viola claramente el principio de imparcialidad.
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