El Eintracht de Frankfurt se convirtió la noche de este jueves en una carretera escabrosa que la llamada «Xavineta» del Barcelona no puso transitar con excelencia. Los alemanes arroparon un enrarecido Camp Nou, para dejar sin gasolina a la unidad Culé.
«El futbol son 11 contra 11 y siempre ganan los alemanes», repetía hasta el cansancio el inglés Gary Lineker, delantero que por cierto se vistió de azulgrana en algún momento de su carrera. Y esta vez, su mágica frase; se cumplió.
El Eintracht Frankfurt no concedió espacios en territorio barcelonista, aupado por más de 20.000 aficionados que impensadamente se metieron al Campo Nuevo.
Otro trofeo se le escapa de las manos a una recompuesta maquinaria de Xavi Hernández y de Joan Laporta; pero que esta vez ha tenido un extraño desperfecto.
El bajón del Barcelona ha resultado evidente en las últimas semanas después de la contundente victoria ante su archienemigo el Real Madrid. El 3-2 ha supuesto incluso un resultado que no refleja la realidad, una noche de baile en donde la tribuna fue el principal agresor.
Barcelona disminuido en casa
Superado el Barcelona con facilidad en cada arranque, y con sensaciones amargas que se deben corregir si en el curso de la «Xavineta» quieren ir por más, tanto en la Liga; como en futuras competiciones internacionales..
Eric García, con una entrada infantil ante Lindstrom y justo frente al árbitro; produjo una pena máxima en contra que no desaprovechó Kostic. El Barca reclamó porque hubo forcejeo mutuo, pero el principal Artur Dias estaba muy cerca de la jugada: nada qué descurtir.
El balón entraba desde los 12 pasos para el 0-1 en el Camp Nou, y con éste resultado ya los teutones se colocaban momentáneamente en semifinales.
Las gradas mostraban un grito ensordecedor con ese tanto de penal, con más de 20.000 hinchas alemanes presentes. ¿Y la afición culé? Pues, de vacaciones por Semana Santa. Un equipo local que ha muerto un jueves, y a que los tres días no podrá resucitar.
El Eintracht aplicó presión alta en las posesiones locales con salidas rápidas al contragolpe con tres o cuatro jugadores que no dejaban jugar con comodidad a la tropa azulgrana.
Eitrancht Frankfurt anuló a la Xavineta
Los alemanes anularon la creación de Dembelé, de los más movidos pero sin resultado. Jordi Alba y Araujo quedaron sólo en intención… Mientras, Gavi, Busquets y Pedri; estaban muy bien marcados.
Los de Glasner controlaban a su antojo y Trapp no tuvo que intervenir con tanta frecuencia.
Kostic y Knauff avisaron antes, pero Santos Borré se adueñó de la autoría en el segundo tanto y marcara el 0-2 con un fuerte derechazo desde fuera del área… Un auténtico golazo.
Llegaba el descanso y el Eintracht de Frankfurt no podía imaginar aquella conquista en un territorio por lo general, indomable.
Se esperaban cambios en la segunda mitad en un Barça superado sobre el césped. Pero sólo hubo uno y obligado, al entrar el holandés Frenkie de Jong por Pedri, que terminó tocado y con dolores por una desgastada primera parte.
Luego de falsas conjeturas en el área alemana y de un ajetreada convulsión con el sistema VAR que terminó en NADA por una mano aún dudosa, falta de media hora Xavi sacó a Adama y Dest por Aubameyang y Mingueza. Quería mejorar las bandas dejando a Ferrán por el centro.
Cambios con efecto tardío
Los cambios, terminaron tal como los reclamos del VAR: en nada. Al menos al instante. Al minuto 67 y tras un pase de Kamada, Kostic anotaba su doblete.
El serbio aprovechó un malentendido entre Araujo y Dest para batir a Ter Stegen de tiro cruzado. 0-3 en contra… y la sentencia en la otra mano.
Memphis ingresó, pero habría de tener una máquina del tiempo; si quería borrar todo lo que pasó. Busquets anotó al minuto 84, pero el VAR anuló el tanto por un claro fuera de juego.
Busquets no se rendía, y en el minuto 90+1 mandaba un riflazo de larga distancia para batir al cancerbero Trapp. Llegaba por fin el descuento, para brindar honor a un barca inexplicablemente batido en su propio feudo.
El árbitro concedió 10 minutos y las tribunas querían explotar, silbidos iban de aquí para allá. Una estruendosa furia alemana quería acabar el cotejo antes que sonara el pitazo final.
Al minuto 90+11, Memphis Depay maquillaba el desastre desde el punto penal. Listo, terminadas las acciones en Cataluña, y el Eintracht se engalanaba como un digno y merecido club que disputará una semifinal.
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