La vida de Karim Benzema en Arabia Saudita es bastante reservada, pero su inmensa fortuna se hace evidente a través de sus pasiones. El futbolista francés es un reconocido coleccionista de bienes de lujo, con un gusto muy particular por los coches de alta gama y la alta relojería.
Su garaje es un santuario de la ingeniería automotriz, valorado en más de 7 millones de euros. La joya de la corona de su colección es el Bugatti Chiron, que supera los 2.5 millones de euros, y que se complementa con un Bugatti Veyron. Su garaje se completa con otros vehículos de lujo como un Rolls-Royce Wraith, un Ferrari 458 Italia, un Mercedes-Benz SLR McLaren y un Lamborghini Aventador.
La afición de Benzema por los artículos de lujo se extiende a los relojes. Es un asiduo coleccionista de alta relojería con una debilidad por marcas como Richard Mille y Patek Philippe, de las cuales posee varios modelos. Su colección, que también incluye piezas de Audemars Piguet, rivaliza en valor con la de sus coches, con piezas que superan el millón de euros.
A pesar de su ostentoso estilo de vida, en Yeda su vida es más tranquila y se enfoca en su familia y en su entrenamiento. Mantiene fuertes vínculos con su cultura y amistades en Francia, especialmente con el rapero Booba, lo que lo ha conectado constantemente con la escena musical del país. Aunque se especula con inversiones en discográficas.
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