El periplo de la Vinotinto durante el proceso eliminatorio a Qatar 2022 fue nefasto. Esa es la definición más simplista de un grupo que solamente pudo ganar tres partidos de 18 en total.
Durante ese tiempo la selección nacional contó con tres presidentes (el fallecido Jesús Berardinelli, la junta presidida por Laureano González y finalmente la actual directiva de Jorge Giménez), y tres entrenadores (José Peseiro, Leonardo González y José Pékerman).
En ningún lugar del mundo, léase bien, en ningún rincón del planeta tierra, un "proyecto" así puede tener éxito.
"Qatar, objetivo de todos" fue la premisa que se repetía como una letanía cuando por aquel ya lejano 2018 Rafael Dudamel presentaba a la prensa el inicio de un camino que algunos esperaban que fuera el preludio de mejores tiempos.
Venezuela no solamente no clasificó al Mundial, sino que este grupo, que muchos nos hemos jactado de catalogarlo como "el mejor de la historia" por su presencia en ligas europeas y una base subcampeona del mundo sub20 en 2017, quedó a deber.
Una Vinotinto acontecida y perdida
Muchos son los análisis que podemos hacer en el camino de la Vinotinto, podemos hablar de los escándalos extradeportivos en la Copa América de hace dos años, podemos hablar de la falta de conocimiento del cuerpo técnico del grupo, de lesiones, de errores en la cancha, de falta de concentración o de simplemente incapacidad para competir.
Venezuela no tenía una eliminatoria tan mala desde el camino a Francia 98′. En aquel entonces la Vinotinto sumó apenas ocho puntos.
Los números no mienten: camino de Sudáfrica Venezuela hizo 22 puntos, rumbo a Brasil 20, camino a Rusia 12 y ahora 10 puntos. Cada vez más lejos, más retroceso.
Una nómina que cuenta con nombres como Salomón Rondón, Yangel Herrera, Tomás Rincón, Wuilker Fariñez, Roberto Rosales, Yeferson Soteldo, Josef Martínez o Ronald Hernández tiene que ser más.
En el proceso no se contó con los suficientes amistosos, ni módulos de trabajo, no se tuvo al grupo completo por diversos motivos en situaciones puntuales (casos de Covid como aquella Copa América), hubo impagos a Peseiro, y la solidez defensiva, esa que tanto costó ganarse en la etapa de Farías, brilló por su ausencia.
Números y futuro de una selección que debe trabajar
Si sacas 10 puntos de 54 la conclusión es que fuiste el peor de las 10 selecciones, y que el trabajo por delante puede causar vértigo, pero es necesario. Muy necesario
Una regeneración, el adiós de figuras que ya no dan para más, y la oportunidad a jóvenes que vienen tocando la puerta como Telasco Segovia, Yerson Chacón, o el propio Matías Lacava y compañía puede ser el primer paso.
Al profesor José Pékerman le avalan sus procesos con Argentina y Colombia. Es un entrenador probado en el continente por su seriedad y trabajo. Sobretodo también con las categorías inferiores, donde habrá anuncios importantes.
El venezolano tiene la ilusión de ir a un Mundial pronto, pero eso no se consigue como quién va a una farmacia a comprar una medicina.
Todo requiere de procesos, y aquí aún falta trayecto para poder pensar en esa meta que históricamente nunca hemos alcanzado.
El camino espinoso concluyó en Cachamay con una derrota 0-1 ante una Colombia que también verá el Mundial por televisión. 26 años tenía la selección cafetera sin ganar en nuestro país.
Ahora queda trabajar y mantener los pies en el suelo. Sin eslogans vacíos, sin querer correr sin primero gatear y después caminar.
Manos a la obra señores. Por el bien del fútbol venezolano.
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