Con solo 18 años recién cumplidos, Lamine Yamal no solo deslumbra en el campo con la camiseta del FC Barcelona y la selección española: también ha comenzado a dejar huella en el mundo de los negocios. En el último año, el joven talento ha adquirido tres propiedades en Barcelona, como parte de una estrategia para garantizar la seguridad y comodidad de su familia y sentar las bases de un futuro más allá del fútbol.
La celebración de su cumpleaños no pasó desapercibida. La fiesta, organizada en una villa privada en Barcelona valorada en 40.000 euros semanales, reunió a nombres destacados de la música como Bizarrap, Duki, Bad Gyal y Ozuna, así como al piloto Lewis Hamilton. Aunque el evento se llevó con estrictas normas de privacidad —incluyendo la prohibición de teléfonos móviles—, se ha confirmado que fue una muestra del nuevo estatus social del futbolista.
Sin embargo, Yamal no está dejando que la fama le nuble el juicio. Procedente del barrio de Rocafonda, en Mataró, ha comenzado a invertir con prudencia y visión. En este último año compró una casa en Premià de Dalt con piscina, ascensor y bodega, donde vive su madre. También adquirió un piso en Sarrià-Pedralbes para su padre y otro cerca de la Ciudad Deportiva para él mismo, como paso hacia su independencia personal.
Detrás de estas decisiones está un entorno sólido: su madre, Sheila Ebana, y el superagente Jorge Mendes, quien también representa a Cristiano Ronaldo. A pesar de no tener aún permiso de conducir, el delantero del Barça ya cuenta con cinco propiedades, contratos millonarios —como el firmado con Adidas hasta 2030— y más de 36 millones de seguidores en redes sociales.
Así, mientras su carrera deportiva continúa en ascenso, Lamine Yamal empieza a consolidar también un patrimonio personal. Lo suyo no es solo fútbol: es una visión a largo plazo que combina talento, estrategia y ambición. Y esto, apenas comienza.
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