El legendario Michael Jordan no descansa como cualquier mortal, y sus recientes vacaciones en Cerdeña son la prueba. El ícono del baloncesto fue visto disfrutando de la idílica Porto Cervo, un enclave exclusivo en la isla italiana, acompañado de su esposa Yvette Prieto y sus hijas gemelas, Victoria e Ysabel, en un despliegue de lujo.
La llegada de "His Airness" a la costa sarda fue en su jet privado Gulfstream G650ER, una máquina de 70 millones de dólares. El avión, con el inconfundible logo "Jumpman" y una matrícula que combina sus números históricos ("N236MJ"), no dejó dudas sobre la identidad del ilustre pasajero, marcando el tono de la escapada.
A sus 61 años, Jordan se mostró relajado y con un estilo juvenil que desafía la edad. Junto a él, su elegante esposa Yvette Prieto y las pequeñas gemelas, quienes irradiaban alegría, completaban el cuadro familiar.
Una vez en tierra, la familia se trasladó sin demora a un yate de lujo atracado en Porto Cervo. Esta embarcación privada no solo simboliza el inmenso éxito empresarial de Jordan, sino también su búsqueda de privacidad y comodidad absoluta.
Desde la cubierta de su flamante yate, Jordan fue visto inmerso en su habitual ritual, encendiendo un puro y contemplando el horizonte. Mientras Yvette y las niñas disfrutaban del ambiente, el "23" dejaba claro que su retiro del baloncesto no ha mermado en lo absoluto su capacidad para vivir la vida a plenitud.
La magnitud de estas vacaciones se entiende mejor al considerar la fortuna de Jordan, estimada por Forbes en 3.500 millones de dólares. Ser el primer atleta en el club de los más ricos de Estados Unidos le permite disfrutar de un nivel de opulencia al que muy pocos en el mundo pueden aspirar.
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