Hay personas que creen en el destino…Parece que existen cosas que están marcadas, que sucederán.
Desde que inician prometen que su paso será recordado porque nacieron para algo en particular. En el caso de José Miguel Cabrera Torres, quien vino al mundo el 18 de abril de 1983 en el barrio La Pedrera de su natal Maracay, se puede decir que fue así.
No tanto porque desde que era un adolescente ya dejaba a los scouts con la boca abierta por sus largas conexiones en el José Pérez Colmenares, ni por su madurez a la hora de seleccionar envíos, o por tomar el testigo de un Andrés Galarraga que se había erigido en el hombre de la fuerza en Venezuela, sino por la naturalidad con la que quemó etapas y construyó el camino que hoy acaba para empezar el de mito.
A Cabrera no le pesó el escenario. Desde que debutó con los Tigres de Aragua, en la LVBP, y después con los Marlins de Florida, en MLB, se le notaba la estirpe de distinto. Los ojeadores auguraban a un pelotero que podía batear para poder y convertirse en una estrella. Esa fue la percepción de Miguel Ángel García, quien siempre confió en su potencial, hasta Louie Eljaua.
Cuando tenía 16 años recibió un bono de un millón novecientos mil dólares, lo cual supuso un récord para cualquier prospecto venezolano de los peces.
Desde su temporada de debut (2003) dejó un impacto en la opinión pública para que no le perdiera el paso. Su jonrón en la Serie Mundial de aquel año ante Roger Clemens y su posterior anillo, con apenas 20 años, fue solo el comienzo de un camino lleno de grandeza.
Una carrera llena de momentos únicos
Por la carrera de Miguel Cabrera han pasado muchas cosas. Desde ser el primer latino en ganar una triple corona (líder en promedio, jonrones y carreras impulsadas en 2012), hasta superar a nombres que forman parte del olímpo de MLB como Ichiro Suzuki, Jim Thome, Chipper Jones, Derek Jeter, Ted Williams o Hank Aaron en distintos rubros ofensivos. Eso magnífica su carrera, la dimensiona y le da su justo lugar en la historia del juego.
Venezuela despide al hombre que deja la Gran Carpa como su más insigne exponente: el criollo líder en hits, jonrones, dobles, anotadas, carreras empujadas, extrabases, bases totales alcanzadas y juegos multihit. El "24″ que representó en cinco Clásicos Mundiales la camiseta Vinotinto.
El niño que soñaba con imitar a su madre Gregoria Torres (la señora jugó también en su juventud) se convirtió en el mejor deportista nacido en el país , con el permiso de una eminencia como Yulimar Rojas.
Miguel Cabrera dice adiós, pero ahora habrá que esperar cinco años para su entronización al Salón de la Fama de Cooperstown. Los expertos aseguran que entrará con más del 90% en su primer año de elegibilidad.
Atañandonos a sus números, no debe haber ningún problema.
El legado de Miguel Cabrera queda
Los números y sus logros hablan por sí solos. No hay ninguna duda de que su legado queda entre los venezolanos, especialmente, pero también para todos los latinos.
Dos veces Más Valioso, una triple corona, 12 Juegos de Estrellas, cuatro títulos de bateo (tres seguidos de 2011 a 2013), siete bates de plata y un anillo de Serie Mundial redondean una hoja de vida envidiable.
El niño que soñaba con jugar pelota en Maracay es una leyenda viviente. ¡Gracias, Miggy!
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