Todos conocen el carácter de Novak Djokovic, tanto dentro como fuera de la pista. El serbio siempre está rodeado por la polémica: desde sus enfados cuando las cosas no le salen bien hasta su negativa a vacunarse contra el coronavirus, un hecho que le hizo no poder participar en alguno de los grandes torneos.
Pero también, el campeón de 24 Grand Slams, mostró su mejor buena con alabanzas a grandes rivales como Rafa Nadal y Carlos Alcaraz, y se ganó a todos con su lucha constante hasta conseguir el oro olímpico que se colgó este verano en París.
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Lo que está claro es que, tanto para lo bueno como para lo malo, Djokovic es testarudo. Bien lo saben sus hijos Stefan y Tara. Tal y como explica el tenista serbio decidió junto a su mujer Jelena, que sus hijos —de 10 y 7 años— no tengan teléfono móvil pese a que "se quejan" por ello.
"Es el reflejo de lo que ocurre también en otros niveles. Si todos hacen algo, el rebaño se comporta igual, tienes que seguirlos. No siempre tiene que ser así. Ahí es donde yo creo que nosotros nos diferenciamos de otros", subrayó el tenista.
Durante la Djokovic abrió su corazón y reveló muchas de sus intimidades, entre ellas por qué decidieron que sus hijos estudien en Belgrado, a pesar de no haber nacido allí. "Quiero estar aquí, quiero que vayan a la escuela aquí, que sepan lo que significa este país, aunque no hayan nacido aquí", confesó Nole.
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