Franco Colapinto, el joven piloto argentino que sorprendió al mundo con su debut en la Fórmula 1, tiene una historia de sacrificio familiar. Su padre, Aníbal Colapinto, vendió su casa para que Franco pudiera competir en la Fórmula 4, lo que llamó la atención del ingeniero de Williams, James Vowles.
Aníbal, es de la localidad de Bahía Blanca, también fue piloto y le transmitió a Franco su pasión por los autos. A pesar de abandonar su carrera por obligaciones familiares y laborales, Aníbal nunca dejó de apoyar a su hijo.
Calapinto en la Fórmula 1 gracias a su padre
Hoy, Franco brilla en la F1 con el número 43, el mismo que usó su padre en sus carreras de karting. Esta historia de sacrificio y pasión fue la clave en el ascenso meteórico de Franco en las grandes ligas del automovilismo, consolidándose como una de las promesas más destacadas del deporte.
Franco emigró a Europa para perseguir su sueño y llegó a debutar en la Fórmula 4: "El mundo entero no sabía del nombre de Franco, te lo garantizo, hasta hace un mes. Ahora es bastante conocido, pero él era muy especial, simplemente no era conocido por el mundo", dijo el representante de la escudería Williams
El increíble esfuerzo del padre del piloto, terminó siendo clave para que Franco llegue al momento de su carrera en el que está actualmente.
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