La figura de Steve Kerr es de las que quizás pasan desapercibidas, pero cuentan con un invaluable aporte al colectivo que lo hacen más preciados por los amantes del deporte…Y por los coaches.
Kerr fue base y escolta. Se caracterizaba por sus lanzamientos de tres puntos, por ser una pieza que bajo el manto protector de aquellos Bulls de Chicago en el cual la estrella Michael Jordan, no desentonó.
Fue seleccionado en el draft de 1988 por los Phoenix Suns, quienes lo escogieron en el turno 25 de la segunda ronda. No era un distinto, la vida le depararía muchas conquistas deportivas.
Los reflectores se los llevaba su majestad, Dennis Rodman, Toni Kukoc o Scottie Pippen. Su papel era crucial, ya sea por su visión a la hora de organizar al equipo, o la eficacia que tenía en la línea de larga distancia.
El colectivo brillaba, y uno de los artífices de que eso sucediera bajo los famosos triángulos ofensivos de Phil Jackson era Steve Kerr.
Ganó tres anillos con los Bulls y después dos más cuando fue traspasado a los San Antonio Spurs, con 50% de acierto en la línea de tres. Eso es muchísimo, uno de los más altos en la historia de la NBA.
Y cuando hablamos del nacido en el Líbano tenemos que mencionar que es uno de los cuatro jugadores de la historia, junto con Frank Saul, Patrick McCaw y Danny Green en ganar dos campeonatos consecutivos en dos equipos diferentes.
Stephen Curry, el gran pupilo de Steve Kerr
Es por eso que quizás ver a Stephen Curry brillar y ser el mayor triplista de la historia de los Warriors llena de nostalgia.
Curry es el alter ego de Kerr, quien refleja en la duela lo que era como jugador pero elevado a la máxima potencia.
El séptimo título de los Warriors es quizás el más importante de todos. Llega después de bajar a los infiernos, de tener el peor récord de su división en 2020 y quedar penúltimos en 2021.
Fueron 83 derrotas combinadas en los dos años, y tuvieron que reinventarse hasta volver a la cima.
La llegada de Andrew Wiggins en 2020, el crecimiento de Jordan Poole, la experiencia de Curry, o los aportes de un Klay Thompson recuperado de las lesiones y Draymond Green, hicieron que eso se hiciera realidad.
Es un símil que va muy de la mano con la historia de vida de Steve, que con 19 años vivió el asesinato de su padre en Beirut, ciudad donde nació, en la Universidad Americana y a manos de dos hombres que pertenecían al Hezbolá.
Eso lo marcó, aunque siguió adelante. Por esto reaccionó y le dio un ejemplo a la humanidad cuando condenó los ataques en el colegio de Uvalde en Texas y dijo que no se podían hacer más la vista gorda.
Es una declaración de lo que es como persona y de los valores que lo acompañan. Eso, y que puede decir con orgullo que cuatro de los siete títulos Larry O’ Brien de la historia de los Warriors de Golden State llevan su rúbrica.
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