La selección venezolana nunca jugó un Mundial de la FIFA. Sin embargo, los vinotinto están a la puerta de su primera clasificación y no quieren desaprovechar esta oportunidad. Significaría no solo estar en la élite del fútbol, sino que podría cruzarse con México, uno de los rivales más destacados en la historia de este equipo caribeño.
México, por su parte, como organizador del Mundial, ya tiene su plaza asegurada hace varios años. Es por eso que aprovechó muchas de las competencias e invitaciones para medir sus fuerzas con otros rivales de la región. Uno de esos lugares ha sido la Copa América, el gran evento Sudamericano en donde la selección mexicana ha sido invitada en varias ocasiones.
La rivalidad entre Venezuela y México no se forjó en finales ni en instancias decisivas, sino a través de una serie sucesiva de cruces en distintos torneos o amistosos. México tiene una experiencia mundialista más consolidada, además de tener una liga importante a nivel local. Venezuela, por su parte, siempre estuvo enfocada en otros deportes como el beisbol y recién hace poco menos de 15 años que empezaron a dedicarle más desarrollo al mundo del fútbol. En este artículo veremos por qué este encuentro es el favorito de muchas personas que buscan una gran variedad de opciones de apuestas deportivas en Betmaster y cuáles son las perspectivas para el 2026.
Historia de los enfrentamientos: un balance desigual pero en evolución
El historial entre México y Venezuela refleja la supremacía del equipo norteamericano, que ha dominado la mayoría de los encuentros. Según los datos de sitios como Promiedos, de los 14 partidos disputados entre ambas selecciones, México ha conseguido 10 victorias, Venezuela apenas una, y han empatado en tres ocasiones. Sin embargo, la tendencia comienza a mostrar matices. En la Copa América, torneo donde ambos equipos han coincidido en cuatro oportunidades, el Tri ganó dos veces, la Vinotinto una y se registró un empate. La victoria venezolana en la edición 2024 marca un punto de inflexión, demostrando que el fútbol sudamericano sigue siendo terreno fértil para las sorpresas y el crecimiento de nuevas potencias.
La mayoría de los enfrentamientos han sido amistosos, donde México ha impuesto su jerarquía, pero los partidos oficiales, especialmente en Copa América, han sido más parejos y disputados. El empate 1-1 en la Copa América Centenario 2016 y el triunfo venezolano en 2024 son ejemplos de cómo la brecha se ha ido acortando, alimentando la narrativa de un clásico que gana en intensidad y significado con cada nuevo capítulo.
El presente de la Vinotinto: a un paso de la historia
Mientras repasamos la historia de este clásico latinoamericano, la actualidad de la selección venezolana no puede pasar desapercibida. Tras vencer a Bolivia y caer ante Uruguay en las últimas fechas de las Eliminatorias Sudamericanas, Venezuela mantiene vivas sus opciones de alcanzar, al menos, el repechaje mundialista. Actualmente, la Vinotinto ocupa el séptimo puesto en la tabla, posición que otorga el derecho a disputar el repechaje, aunque la presión de Bolivia, que está a solo un punto, obliga a los dirigidos por Fernando “Bocha” Batista a no ceder terreno en los dos partidos restantes.
El calendario no es sencillo: Venezuela debe visitar a Argentina, el actual campeón del mundo, y luego recibir a Colombia. Ganar en suelo argentino parece una misión casi imposible, por lo que el partido final ante los cafeteros se perfila como una verdadera final para las aspiraciones mundialistas venezolanas. Nunca antes la Vinotinto había estado tan cerca de lograr el sueño de toda una nación: jugar su primer Mundial de la FIFA.
México: tradición, experiencia y renovaciones
Por su parte, el Tri, acostumbrado a ser protagonista en la CONCACAF y habitual participante en Copas del Mundo, ha vivido en los últimos años un proceso de renovación, buscando consolidar una nueva generación de futbolistas capaces de mantener el prestigio internacional. En la Copa América 2024, el equipo dirigido por Javier Aguirre mostró altibajos, y la derrota ante Venezuela fue un duro golpe que obligó a replantear objetivos y estrategias de cara al futuro.
Los partidos recientes han demostrado que el Tri ya no puede confiar únicamente en su historia y que el fútbol latinoamericano es cada vez más competitivo. Esta nueva realidad obliga a México a innovar, a buscar variantes y a no subestimar a ningún rival, especialmente a una Venezuela que ha demostrado estar lista para hacer historia.
Como vemos, estos dos equipos llegan de forma diferente al Mundial de 2026. Por un lado, el organizador que busca partido en las fechas de la FIFA para seguir mostrando capacidad de prueba táctica, mientras el sudamericano vive dos partidos por delante que serán verdaderas finales si quieren su lugar entre los 7 clasificados.
Este clásico, forjado en la Copa América y alimentado por la evolución de ambos equipos, promete convertirse en una realidad si la vinotinto logra su clasificación y luego en el sorteo se ubica en el mismo grupo que la selección mexicana.
Visite nuestra sección Deportes.
Mantente informado en nuestros canales de WhatsApp, Telegram y YouTube.
