El presidente de la Cámara de Fabricantes de Autopartes (Favenpa), Omar Bautista, explicó que la carencia de financiamiento “dificulta que se pueda reactivar la venta de vehículos de manera masiva” en Venezuela.
“El 70% de los vehículos que se vendían (hasta 2015) era con crédito. Si no hay crédito, es muy difícil”, explicó.
De acuerdo con la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), el pasado septiembre (último reporte oficial) la cartera de créditos para vehículos fue de 414.373 dólares. Cifra que representa una caída del 50%, respecto al mismo mes del 2021, cuando llegó a 834.112 dólares.
Se prevé que, en lo que resta de año, lleguen al país 3.000 vehículos iraníes, según el ministro de Transporte, Ramón Velásquez.
Velásquez indicó que estos automóviles, con un consumo de 7 litros de combustible por cada 100 kilómetros, costarán entre 12.000 y 16.000 dólares, en un país donde el salario mínimo equivale a 12 dólares.
El representante de una marca internacional de automóviles aseguró a EFE que “el venezolano no tiene poder adquisitivo para poder comprar” vehículos nuevos. Sino que esta posibilidad se limita a “una pequeña clase privilegiada”.
Según las fuentes, Venezuela tuvo en el pasado una industria automotriz “completa y muy competitiva”. La misma llegó a exportar 118.794 vehículos a Colombia y Ecuador entre 1992 y 2002. Dicho comercio se hacía a través del convenio automotor de la Comunidad Andina (CAN), de la que el país se retiró en 2006.
La industria venezolana, que en 2007 llegó a ensamblar 172.418 vehículos, produjo 62 unidades de enero a octubre de este año. Esto la aleja aún más de los grandes fabricantes de la región.
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