Battito Infinito en italiano significa latido infinito…y justamente con las pulsaciones aceleradas quedaron los fans que acudieron al llamado de Eros Ramazzotti este domingo en el Poliedro de Caracas.
El latido infinito de Eros Ramazzotti
El artista, uno de los máximos vendedores de discos en su país natal, visitó Venezuela para una función en el marco de "Batitto infinito Tour", que lo trajo de regreso a los escenarios de Latinoamérica.
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Vestido con camisa camisa manga corta, dejaba al descubierto un tatuaje con el nombre de su hija mayor, y jean negro, apareció en el medio del escenario.
Tras los gritos efusivos por parte del público femenino inició el recital a las 9:45 pm con el tema que da nombre a la gira mundial, seguido de "Dónde hay amor" y "Cuánto amor me das", en italiano. Así estuvo todo el concierto, entre español y su lengua madre.
"Hola Caracas… Estoy viejo, antes no me molestaba -se tocó la barriga-ahora sí, y me hincha las pelotas", comentario que desató la risa tanto del artista como de su público.
Un cupido hecho cantante
Ramazzotti, un excelso guitarrista, tocó el instrumento y dio gran demostración de virtuosismo con al cantar "Estrella Gemela" con el apoyo vocal de dos jóvenes coristas, quienes parecen modelos salidas de una pasarela en Milán.
La noche fue romántica y se aderezó con algunos solos de batería y guitarra eléctrica…pero la escencia de Eros es esa, cantar al amor, como el Dios griego. Es decir, un cupido hecho intérprete.
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Así, con su voz intacta como en la década de los 90, cuando alcanzó el cenit de la fama, interpretó "Los últimos románticos" y "Soy", apoyado en una proyección de video y voz de Alejandro Sanz, "Si bastasen un par de canciones", "Toma la luna", "Música es" y "Nada sin ti", esta última popularizada por el boricua Jerry Rivera, en versión salsa.
Eros acústico
Por varios minutos, el sexy romano cambió su guitarra eléctrica por una acústica. Se sentó con seis de sus músicos alrededor del escenarios y cada uno derrochó talento en la interpretación de sus respectivos instrumentos. Finalizado el performance, se cambió de ropa y retornó a escena.
Sin miedo a la COVID-19
Mientras cantaba "Eterna promesa", el vocalista de 59 años de edad, interactuó con el público. Bajó hacia la ubicación Box, compartió con unas damas y hasta bebió vino del vaso de una de ellas, sin miendo a la COVID-19, luego eructó. "Perdón, el vino tinto hace que eructe", comentó en medio de risas.
Después sería el turno de "Una historia importante", grabada en 1986, y "Cosas de la vida" para marcar el falso cierre.
El público pidió otra y tanto el cantante como su staff se regresaron para interpretar "Por ti me casaré" y despedirse, ahora sí y luego de dos horas, con "La cosa más bella".
Ramazzotti brindó uno de los espectáculos más completos de 2022. El sonido fue impecable, además del acompañamiento audiovisual en pantallas, que intercalaba proyecciones de vídeo con imágenes en directo de la presentación.
El virtuosismo de sus músicos quedó al descubierto, pero fue el saxofonista quien recibió una ovación, no solo por su trabajo sino por su físico.
Ramazzotti se fue complacido con una Caracas que lo catapultó hace más de 30 años como uno de los más versátiles baladistas jóvenes. Ahora, cercano a las seis décadas de vida, se mantiene con el mismo optimismo y el carisma de quien pisa el escenario por primera vez.
Compensación nacional
Diego y mil voces, agrupación que hace vida en Maracay (Aragua) amenizó la velada previa a la presentación de Ramazzotti. Cantó temas de Franco de Vita, Shakira, La oreja de Van Gogh, Tiziano Ferro, Andrea Bocelli e Il Volo.
La animación estuvo a cargo de la periodista y locutora Caterina Valentino.
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