Con más nervios de lo normal y la ilusión por volver luego de casi tres lustros, el cantautor español Álex Ubago dio un recital nostálgico en los espacios del Centro Cultural Chacao, en el cual todos sus temas se corearon de principio a fin. Empezó, puntual, a las 8:00 pm.
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Álex Ubago mostró todos sus “hábitos” en Caracas
El español tenía 14 años sin venir a Venezuela. Foto: Manuel Rivas
Escogió un formato íntimo, solo él acompañado de un tecladista y un baterista, para interpretar sus mejores temas en 20 años de carrera. No necesitó nada más, su afinada voz, carisma y conexión con el equipo le sirvieron para cautivar durante hora y media.
Hasta el setlist (repertorio) estaba en una hoja pegada al piso con cinta adhesiva y él bajaba la mirada para guiarse sobre la siguiente canción.
Alejandro Martínez de Ubago, nombre de pila del artista, tiene 42 años, pero aparenta menos. Solo una barba y varios tatuajes lo distinguen del veinteañero que alcanzó la fama con “Sin miedo a nada”, que grabó a dúo con quien era la baladista de ese momento, Amaia Montero, y que se convirtió en el tema de despecho de principios del milenio.
El despecho inspira
A propósito del desamor como fuente de inspiración, reconoció que le ha sacado réditos. “Tengo fama de despechado, pero no ha sido malo, he sabido sacarle provecho a eso para mis canciones”, expresó de forma jocosa ante su audiencia.
Uno de los aspectos llamativos es la personalidad del vocalista. Es divertido, conversador, en cuatro oportunidades contó anécdotas personales. Antes de “Demasiado tarde”, narró la historia un amor de juventud que lo marcó. Cuando sintió que el amorío lo sobrepasaba, se separó, y cuando quiso volver, la chica miraba distinto. La confesión le valió aplausos y gritos.
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Sí, en este concierto hubo muchos gritos de los fans. Las mujeres alababan la innegable belleza física de Ubago, quien se vistió con franela, jeans, zapatos y chaqueta de cuero negra; pero los hombres también lo hicieron para pedirle uno que otro sencillo.
Otra revelación vino con su percepción, muy particular, acerca de la existencia del destino. “No los voy a convencer de que no exista, pero me cuesta creer que yo no pueda decidir el rumbo de mi vida; lo otro es que, en un mundo cruel, el futuro de mierda (sic) esté destinado”, dijo para arrancar más aplausos…y más gritos.
"Hay gente más despistada que yo"
Al momento de cantar “No te rindas” confundió una parte de la letra. Al terminar, se excusó con la audiencia por el desliz. “Yo soy muy despistado, pero hay gente peor que yo. Una vez una señora me paró en un aeropuerto, empezó a llorar y me dijo que mis canciones eran importantes para su familia”, relató para luego agregar que la mujer del cuento lo confundió con Alejandro Sanz. Las carcajadas volvieron.
“Yo estoy hablando mucho, ustedes digan y yo me callo para que sigamos”, apuntó. Sin embargo, la audiencia no le pidió mutis, sino que hablara, aunque cuando lo hacía casi no se le entendía porque había fallas en los micrófonos, pese a que se lo cambiaron dos veces. El problema se le presentaba al dialogar, más no ocurría, para beneplácito del público, al cantar.
Luego sería el turno de “Estar contigo” y “Aunque no te pueda ver” marcó el falso cierre. Tras la petición de “otra, otra”, volvió al escenario con un cambio de vestuario: sustituyó la sudadera negra por una blanca.
El recital duró hora y media. Foto: Manuel Rivas
Incluyó “Dame tu aire” y cerró la presentación con su himno “Sin miedo a nada”, que los asistentes cantaron de pie y grabaron con sus celulares para guardar el momento.
Conversaciones con extraños
El final fue épico. Recibió flores, cartas y hasta "chocó las cinco" con quienes estaban en el área preferencial, visiblemente emocionado ante las demostraciones de afecto de quienes hicieron el sold out (agotado) de boletería.
Mientras esto pasaba, de fondo no sonó algo suyo sino “Bad Habits” o “Malos hábitos”, en español, del británico Ed Sheeran, que en una de sus estrofas hace una referencia a conversaciones con extraños… claramente, esto no pasó porque si algo tuvo Ubago fue cercanía con un público que, a pesar de tantos años, lo siente como parte de su vida.
Talento nacional
La venezolana presentó temas de su reciente material. Foto: Manuel Rivas
La compensación nacional le correspondió a la vocalista Marilyn Chirinos, quien durante 19 minutos mostró parte de su disco "Fugaz" acompañada por tres músicos. En la batería estuvo el experimentado percusionista Nené Quintero, quien ha compartido escenario y estudio de grabación con artistas nacionales e internacionales. En los teclados participó Jesús Milano y en el contrabajo, Giovanni Ramírez.
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