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Andrés Carmona: "El ventilador no está apagado"

Viernes, 13 de abril de 2018 a las 08:00 pm
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Orlando Suárez | [email protected]

El experto en concursos de belleza Andrés Carmona no termina de dar crédito al escándalo que se ha desatado en relación con el concurso Miss Venezuela. La sorpresa responde a la forma en que se han realizado las denuncias sobre una supuesta red de prostitución, sin rigurosidad periodística ni la responsabilidad de quien da la cara y asume las consecuencias de sus palabras. Hace un símil entre lo sucedido y un karaoke. “Puedes darle un micrófono a cualquiera, pero eso no quiere decir que sea cantante. En este caso no hay ni formación ni ética y se ha creado una matriz descontextualizada”.

Insiste en que no se trata de desestimar la denuncia, sino la forma en que se ha desarrollado un monstruo de mil cabezas a partir de un episodio en el que el resentimiento ha jugado un papel estelar.

¿Te sorprendió el escándalo?

No, la verdad es que no. Quienes estamos relacionados con el concurso desde hace años, hemos escuchado ciertos rumores, ciertos comentarios y pensé que eso saldría a la luz pública, más tarde o más temprano. Pero creo que la salida de Osmel Sousa fue un catalizador, porque el escándalo coincidió con su renuncia.

¿Osmel podría estar detrás del escándalo generado?

Sacar esa conclusión es muy difícil. No le veo mucho sentido a tratar de perjudicar a las participantes de toda la historia ni a todas las personas que han estado relacionadas con el concurso. Creo que cada quien está sacando su provecho, exponiendo su resentimiento, porque no clasificaron o porque tienen otro tipo de intereses. Quienes han denunciado, ¿por qué no lo hicieron en el momento? Hay unos hechos que no tienen que ver con otros y están todos empastelados.

¿Qué es lo mejor y lo peor de lo sucedido?

Independientemente de que haya algo bueno, creo que el mal que están causando es peor que el bien que pretenden hacer. En un país con una profunda crisis política, económica, institucional y ética, era imposible que una institución como el Miss Venezuela no se viera permeada, en este caso por la escasez de recursos. Entonces, o asumes las consecuencias y tratas de sobrevivir o tienes que hacer concesiones. Vino la descentralización del concurso con franquicias a las que faltó contraloría. Si veo algo positivo de todo esto, es que hay una posibilidad de sanear la situación. Sin embargo, percibo efectos supernegativos para la mujer venezolana y para el país, porque se permitió que se descontextualizara todo el tema.

¿Cuál es la relación entre la renuncia de Osmel y el escándalo?

Fue el caldo de cultivo. Hay una campaña que sigue directrices, no me pregunten de parte de quién, pero parece algo orquestado. Obviamente, la salida de un personaje como Osmel, con una exitosa trayectoria de 40 años, produce la apetencia de varias personas por su cargo, quienes están como caimán en boca ‘e caño.

¿Cómo queda la credibilidad internacional del concurso?

Cuando una organización o un personaje es muy exitoso, hay mucha gente que te admira, pero hay otra tanta que no perdona, porque al ser humano no le gusta el éxito de los demás. Hasta dónde va a llegar esto, entre las misses frustradas porque no ganaron, la periodista que quiere vender su libro y las malas intenciones que se han puesto de manifiesto, es difícil saberlo, pero creo que dependerá mucho de cómo Venevisión se conduzca en los próximos meses y qué tipo de contraloría ejerza.

¿Qué incidencia le adjudicas a estilistas, mánagers y diseñadores en todo lo que ha pasado?

Estoy seguro de que la hay. Las rivalidades y las envidias también forman parte de la historia. En ese sentido, la presencia de Osmel, y estoy seguro que igual la de Joaquín Riviera en su momento, era muy importante para mantener a esos fantasmas y esos monstruos apaciguados. Mucho de lo que ha trascendido viene por esa vía.

¿Cómo evalúas los comunicados emitidos por Cisneros Media?

En su momento lo recibí de manera positiva, sin embargo, con el tiempo creo que no fue del todo afortunado, porque han sido utilizados para argumentar que las decisiones tomadas dan la razón a las denuncias formuladas desde cuentas anónimas.

El resentimiento ha alimentado el escándalo, ¿crees que pensaron en las consecuencias?

No lo pensaron. Si lo hubieran pensado, no lo hubieran hecho. Nadie está pensando en el país, nadie está pensando en una institución que ha costado 40 años construir. El Miss Venezuela era un aspecto positivo, fuente de alegrías y orgullo. Eso es lo que me parece súper doloroso. No puedes sacar de contexto las denuncias, ni permitir que las saquen. Muchas, la gran mayoría de ex misses, hablan bien de su experiencia en el concurso. No puedes dañar a las casi 1.500 que han participado por cinco, seis o siete.

¿Te pareció bien la clausura temporal de la Quinta?

Creo que hubo buenas decisiones que fueron malinterpretadas, porque lo grave no es la denuncia -que es válida si se hace de manera responsable-, sino la matriz de opinión que se ha creado. He visto memes y videos en los que insultan la condición moral de la mujer venezolana.

¿Qué pasará con la auditoría? ¿Habrá responsables? ¿Habrá sobrevivientes (Gisselle Reyes, Richard Linares, Jesús Morales)?

Va a haber una reestructuración. Alguien tiene que hacerse cargo, pero eso es una organización privada y para que hubiese algún tipo de responsabilidad penal, el caso debería llegar a tribunales. Yo creo que el reenganche no les conviene, porque ha habido una controversia muy fuerte y una campaña dura contra ellos en las redes sociales.

¿Quién consideras que sería una buena ficha frente a la Organización?

Hay muchas personas que podrían asumir. Todos los que hemos estado vinculados al concurso, aunque sea como espectadores, tenemos una indiscutible influencia de Osmel y deslastrarse de esa impronta será muy complicado. Sin embargo, creo que Nina Sicilia sería una jugada muy afortunada, por su trayectoria como miss, por su vinculación con la Organización Cisneros, por su preparación como gerente y porque se ha mantenido vinculada con los medios.

¿Te parece conveniente la propuesta de un comité?

Me parece una figura riesgosa que se presta para que haya muchos conflictos, porque puede generar una situación complicada en la toma de decisiones y por la guerra de egos. Creo que lo más conveniente es que haya una cabeza.

¿El escándalo es el fin de concurso?

No, no lo creo, porque el Miss Venezuela es mucho más que un concurso de belleza, es una institución. Además, constituye un tiro al piso en cuanto al atractivo publicitario y al contenido televisivo. Estoy seguro que habrá mucha gente pendiente de la próxima edición. Es poco probable que el concurso vaya a morir.

¿Qué sugieres para limpiar la imagen del concurso?

Lo más importante es empezar a rescatar los testimonios de ese 80, 85% de candidatas que son profesionales destacadas o que simplemente se dedicaron a sus familias, dándole prioridad a los valores frente a las promesas de confort y no cayeron en el juego. Creo que así como ha habido 5, 6 o 7 que han estado hablando, llegó el momento de escuchar a las otras mil 300 y pico que han participado en estos 65 años.

¿Está apagado el ventilador?

No todavía. Eso va a ocurrir cuando el concurso arranque de nuevo. Eso apaciguará las aguas y dejará fuera de juego a quienes han querido pescar en río revuelto.

¿Habrá concurso este año?

Yo creo que sí.

2018-04-14

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