Rowerth Goncalves | @rowerth92
BTS, desde 2013, se convirtió en la principal bandera de la música pop que se hace en Corea del Sur. El denominado K-POP dominó Asia desde finales de la primera década del 2000 y desde 2011 comenzó a regarse por el mundo y se posicionó como un género que deja mucho dinero.
BTS estrenó dos álbumes este año. En febrero se lanzó Map of the Soul: 7. Un disco con 20 canciones que mantuvo los frenéticos ritmos de la boyband surcoreana y que contó con la participación de Halsey y Sia en par de temas.
Vendieron más de cinco millones a nivel mundial en medio de la pandemia por el COVID-19 y lograron posicionarse en el primer lugar de la lista Billboard 200.
BTS no se quedó solo con eso y hace dos semanas estrenaron Be, su primer álbum en inglés.
Para BTS es importante conquistar el mercado estadounidense y con el sencillo Dynamite, terminaron de ganarse el cariño de Estados Unidos y el mundo angloparlante. Ocho canciones componen Be y se ha convertido en un éxito en las plataformas digitales.
BTS quiere conquistar latinoamérica
Con esto las bandas surcoreanas se verán frecuentemente en el hemisferio occidental para aumentar las ganancias de la industria. En este momento el K-POP deja cinco mil millones de dólares al año y espera aumentar en el próximo lustro.
Incluso países como Chile ya comienzan a tener bandas de K-POP y no es un dato menor. Latinoamérica siempre tuvo un “affaire” con parte de la cultura asiática como lo es la animación japonesa, muy seguida en todo el continente, pero sobre todo en los países latinos.
Cuando comience a mermar la pandemia seguramente Latinoamérica será parada fija para BTS y como ella otras bandas querrán expandir su dominio como Black Pink, TWICE, EXO o MAMAMOO.
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