Julio Iglesias ha inundado hoy con sus canciones de siempre las milenarias piedras del Teatro Romano de Mérida, donde un público entregado ha evocado junto al artista sus grandes éxitos.
El cantante, inmerso en su gira mundial, ha querido volver, once años después, a rodearse de la magia de las columnas corintias de la antigua Emérita Augusta para iniciar su ronda de conciertos estivales por España, que se extenderá hasta el 3 de agosto en Marbella (Málaga), pocos días antes celebrar su 70 cumpleaños.
Julio Iglesias inició en febrero en Guatemala su gira 2013, que incluye ocho conciertos en España, donde, además de Mérida y Marbella, cantará en Barcelona, Santander, Logroño, Elche, Roquetas de Mar y Ciudad Real.
Pasadas las 23:00 horas y en una noche ya típica del caluroso verano emeritense, Julio ha aparecido en un escenario que él mismo ha definido como "una maravilla de lugar" para arrancar los primeros aplausos de sus seguidores con los sones de "Amor, amor, amor", la canción con la que suele abrir sus conciertos.
Vestido con traje negro con chaleco, camisa blanca y corbata oscura, y acompañado de sus músicos y de sus chicas del coro, el artista español más internacional ha repasado su extensa discografía bajo la atenta mirada de Ceres, la diosa de la fecundidad que tantos hijos le ha regalado y que preside el frontal del Teatro Romano de Mérida.
Mientras en el graderío, unas 3.000 personas, más de la mitad de ellas procedentes de fuera y que han permitido llenar este fin de semana los hoteles de la ciudad, han demostrado que para ellos "La vida sigue igual" en lo que se refiere a su pasión por Julio Iglesias, aunque, a diferencia de hace varias décadas, ahora muchos de ellas con móvil en mano.
A pesar de ello, el cantante afincado desde años en Miami ha estado muy cerca pero no ha logrado agotar por completo localidades en la capital extremeña, donde la entrada más barata, dirigida sólo a un 10 por ciento del aforo, ha costado 50 euros; seguida de la más generalizada, a un precio de 85 euros; de las de orchestra, a 150 euros y de los exclusivos "golden ticket", a 295 euros.
Al margen de los precios, lo que sí ha quedado claro es que a los asistentes al concierto Julio Iglesias "le va, le va, le va", porque, entregados desde el principio, han coreado "Hey","Un canto a Galicia", "De niña a mujer"," Manuela" o "Vuela alto", algo que tampoco tiene demasiado mérito pues el cantante ha repasado en hora y media sus mayores éxitos.
De hecho, el último álbum de Julio Iglesias, el DVD+CD "1″, ha servido para que el artista volviese a grabar el año pasado las canciones más importantes de sus más de 40 años de trayectoria musical, que le han coronado como el artista latino con más ventas de la historia.
Además, en Mérida, como suele ser habitual en sus conciertos, también ha cantado sus versiones de temas de ahora y siempre como el tango "A media luz", popularizado por Carlos Gardel; Caruso, de Lucho Dallas; o "Mamy Blue", de los Pop Tops.
Una veintena de artistas han participado en el concierto, entre la orquesta, el coro y los bailarines, en un montaje que ha tenido que reducir su dispositivo técnico, que suele contar con unos 60.000 vatios de sonido y 100.000 de luz, para adaptarlo a las especiales condiciones del recinto monumental emeritense.
Con varias alusiones al paso del tiempo y a su sentimiento de ser español, Julio Iglesias ha cantado también temas en inglés y en francés, y ha dejado que sus más incondicionales pudieran al final bajar de las gradas y bailar en la orchestra, lo que ha sido aprovechado por una de ellas para subirse al escenario y colocarle una bufanda con la bandera de España.
Tras su gira española, Iglesias seguirá su periplo internacional por Jordania, México, Brasil, India y Australia, entre otros lugares.
Mientras tanto, la escena del Teatro Romano de Mérida se prepara, como cada verano, para acoger a los clásicos grecolatinos en su Festival Internacional de Teatro, que este año cumple su 59 edición, y que se abrirá el 5 de julio con una nueva versión de "Medea", la tragedia de Eurípides, en esta ocasión a cargo del Ballet Nacional de España.EFE