EFE
Pasional y entusiasta, "odioso y arrogante", en sus propias palabras. Así se muestra Greil Marcus en su nuevo libro, "La historia del rock and roll en diez canciones", un ensayo que roza la ficción, rompe con las listas de "lo mejor de" y recuerda que la música popular está cargada de emociones.
Marcus (San Francisco, EE.UU., 1945), uno de los críticos culturales más influyentes de la actualidad, ha tratado de arrancar la esencia del rock en diez canciones poco conocidas -no aparecen melodías Beatles-, sin querer establecer un nuevo canon sagrado y desarrollando una historia inesperada con cada una de ellas.
"El rock, su carácter distintivo, su forma de arte, su lenguaje, puede encontrarse en cualquier buena canción, al igual que nuestro perfil de ADN se puede encontrar en cualquier célula de nuestro cuerpo", justifica Marcus en una entrevista con EFE.
Para captar ese espíritu, este profesor de la Universidad de California ha elegido temas tan sorprendentes como "Shake Some Action" de The Flamin’Groovies, "Transmission" de Joy Division o una versión de la canción "To Know Him Is To Love Him", de Phil Spector, reinterpretada por Amy Winehouse casi cincuenta años después de su creación.
Esta lista "subjetiva" de canciones -"lo obvio y educado habría sido decir "una historia, en vez de "la historia"- permite al autor "contar de una forma nueva e interesante que el rock’n’roll es un lenguaje que se entiende desde el corazón".
Para llegar a esta conclusión, Marcus utiliza un método que, a primera vista, dificulta el acercamiento. Un ejemplo de ello es utilizar las cuatro primeras páginas del libro para enumerar, literalmente, uno por uno, parte de los nombres de los artistas y personajes que integran el Salón de la Fama del Rock, Cleveland (Ohio).
Después están los chascarrillos (Beyoncé como "alguien compuesto de dinero"), su vasta erudición o sus constantes referencias culturales tanto literarias, cinéfilas como televisivas. "Las canciones no están hechas o escuchadas al vacío. Salen y regresan de un mismo mundo. Son parte de la conversación de la vida", explica.
Todo ello no impide que el libro esté lleno de emoción y poesía. Al fin y al cabo, Marcus es el autor de "Mystery Train", uno de los ensayos más fascinantes sobre la música popular y, según dijo en su día un lector llamado Bruce Springsteen, trata sobre "el alma de América".
En este nuevo libro (Editorial Contra) vuelve a reflejar esa otra historia de las gentes de Estados Unidos. "Una de las canciones que incluyo es ‘This Magic Moment'(1959). En su origen conecta con las aspiraciones del Movimiento por los Derechos Civiles; pero en lugar de quedarme en su aspecto sociológico, busco frases que resuenen, buscando una nota que llegue de nuevo al oyente", señala.
La reinterpretación que hace Marcus de las canciones escogidas nos lleva a momentos delirantes. Por ejemplo, la resurrección de Robert Johnson, el blusero que vendió su alma al diablo, que aparece como un fantasma para escuchar al presidente Obama cantar su "Sweet home Chicago" y pedir sus derechos de autor.
O la encarnizada defensa que hace de una olvidada Cyndi Lauper cuando interpreta "Money Changes Everything", originalmente compuesta por Tom Gray de The Brains en 1978.
Según Marcus, cada artista elegido dice algo nuevo aunque cante una vieja canción. "Creo que los artistas saben cosas que otras personas no hacen, y en sus vidas y en su trabajo tratan de decirle a la gente lo que ellos saben", defiende categórico.
Esas ganas de encontrar lo que perdura en una efímera canción pop tiene grados y colores. En este extraño viaje, Marcus recupera la pegadiza y eterna melodía de "Crying, Waiting, Hoping" de Buddy Holly; mientras, por otro lado, escribe sobre la experimental "Guitar Drag", de Christian Marclay. y nos traslada al asesinato racial de James Byrd, Jr., en Jasper (Texas), el 7 de junio de 1998. Lo dicho, Greil en estado puro.
Por eso, para este paseo mágico por las carreteras secundarias del rock, se aconseja crear, antes de la lectura, una lista de reproducción en una plataforma de música digital en línea con las canciones elegidas y sus distintos autores. De esta forma, la conducción será más segura y más enriquecedora.
Como dice Marcus antes de despedirnos, "las canciones cambian el mundo porque las canciones cambian a las personas. Este arte rompe la rutina diaria, interrumpen nuestras expectativas diarias y nos lanzan a la vida". Dicho está, buen viaje
2014-11-14