EFE
Un verdadero shock térmico causó esta noche el cantante Marc Anthony en el Barclays Center de Brooklyn, en Nueva York, donde neutralizó las bajas temperaturas con el cierre de su gira "Vivir mi vida", al son de los que se consideran ya clásicos de la salsa como "Valió la pena" o "Vivir lo nuestro".
Como los grandes divos, Marc Anthony subió al escenario entre el fervor de miles de fans, con gafas de sol y necesitando solo un movimiento de caderas para enloquecer a un público mayoritariamente latino, esa "Mi gente", como cantaría también hoy el artista de origen puertorriqueño tomando prestado el tema de Héctor Lavoe.
Pero a diferencia de otras grandes estrellas de la música actual, Anthony no necesitó un escenario especialmente sofisticado (solo una plataforma circular para poder llegar a toda la audiencia), ni coreografías multitudinarias o proyecciones artísticas para cautivar.
Un hombre pequeño y delgado con un carisma enorme se bastó y se sobró para cargar a sus espaldas dos horas de concierto sin apenas descanso. Un galán atípico que fue capaz de casarse con dos de las latinas más bellas: Jennifer López y Dayanara Torres.
Todo empezó con los primeros acordes de "I need to know", uno de sus grandes éxitos de la década de 1990, muchos años antes que su último álbum "3.0″, que ha promocionado con una gira que empezó en agosto en Medellín (Colombia) y que cierra su etapa americana con este concierto.
"Y hubo alguien", la primera balada de la noche, y "Hasta ayer", parecían indicar un criterio cronológico en la selección del repertorio, mientras Anthony iba quitándose las gafas de sol, desabrochando su chaqueta y entreabriendo su camisa. Incluso fingía decirle a alguna fan que le llamara por teléfono después del concierto.
Pero el cantante empezó a dar saltos en el tiempo en pos de recalar en temas tan famosos como "Valió la pena" o "Volando entre sus besos", ya entrado el siglo XXI, o éxitos casi iniciáticos, como "Contra la corriente".
Su impecable actuación vocal alcanzó un momento cumbre con otra de sus canciones más famosas, "Vivir lo nuestro", y rescató la canción de José Luis Perales "¿Y cómo es él?", que incluyó en su disco homenaje a sus cantantes favoritos "Iconos".
"¿Qué precio tiene el cielo?", de su disco recopilatorio "Sigo Siendo Yo", o "Te conozco bien" siguieron manteniendo el alto nivel energético de un concierto en el que Anthony, si bien no se permitió un descanso, sí que fue dando momentos de lucimiento individual a algunos de sus músicos, desde el violín a la batería pasando por el equipo de viento metal.
Así, cuando dio aparentemente por concluido el concierto con la citada "Mi gente", de su filme "El cantante", dejó para los bises "Tu amor me hace bien" y, como no podía ser de otra manera, "Vivir mi vida", esa declaración de intenciones y de individualidad de alguien que lleva más de dos décadas cantando a las tribulaciones de un amor.